Mujeres en la España del Siglo XXI
Cuando la gente corriente creíamos que el mundo
del arte era un espacio de vanguardia donde la igualdad entre hombres y mujeres
parecía más lograda que en el resto de la sociedad, la evidencia empírica sigue
empeñada en demostrar la vigencia del discurso de las Guerrilla Girls. Por eso,
he pensado extender mis observaciones y realizar un sencillo ejercicio
analítico para comprobar si en la realidad económica española se perciben
signos de desigualdad entre hombres y mujeres. Con tal fin y empleando estadísticas
oficiales, he analizado dos aspectos importantes del ámbito socioeconómico: el
mercado de trabajo y la participación en centros de poder. El comportamiento las variables estudiadas
permite fraguar una imagen del grado de discriminación por género existente en
el entorno español en el ya muy avanzado Siglo XXI.
Para analizar el mercado laboral en función del
género he optado por dos indicadores elementales: las condiciones de empleo y
las retribuciones salariales. El primer aspecto a considerar es el acceso al
empleo entre hombres y mujeres en España, incluyendo también alguna referencia
a países europeos. Con tal fin, la brecha de género calculada como la
diferencia entre la tasa de empleo masculina y la femenina que se ofrece en el
Cuadro 1 permite extraer algunas observaciones de interés. Por un lado, en los
países europeos la tasa de empleo masculina es sustancialmente más alta que la
femenina. Y, por otro, la distancia se acorta a medida que aumenta el nivel
educativo. La diversidad de situaciones entre los 28 países de la Unión Europea
hace que las medias sean tan elevadas, por eso he optado por incluir los casos
específicos de Francia y Portugal (nuestros vecinos y principales socios
comerciales) y Finlandia y Suecia (dos países nórdicos con mejor
comportamiento). El caso español es significativo; las diferencias entre
hombres y mujeres están entre las más grandes de Europa. Las cifras son próximas
a la media de la Unión Europea e incluso en los niveles educativos más elevados
las oportunidades de hombres y mujeres en el empleo son muy dispares.
Cuadro 1. Brecha de género (tasa de empleo de
hombres – tasa empleo mujeres) según niveles educativos.
Nivel 1.
|
Nivel 2.
|
Nivel 3.
|
|
Finlandia
|
9,4
|
4,8
|
4,3
|
Francia
|
14,2
|
7,5
|
5,3
|
Portugal
|
11,0
|
3,8
|
2,9
|
Suecia
|
15,2
|
6,0
|
1,7
|
España
|
14,7
|
9,3
|
6,7
|
Unión Europea 28
|
18,6
|
11,6
|
6,9
|
Nivel 1.- Estudios elementales. Nivel 2.- Estudios intermedios. Nivel 3.- Estudios superiores.
Fuente: INE (Encuesta Anual de Estructura Salarial)
La otra cara de la moneda es el desempleo y sus
diferencias entre hombres y mujeres. El
Cuadro 2 sintetiza las tasas de paro observables para los diferentes países
entre hombres y mujeres atendiendo a los niveles de estudios. En España, además
de una menor inserción en el mercado de trabajo, las mujeres experimentan
mayores tasas de paro, existiendo una considerable diferencia con los países
europeos. También los niveles educativos son esenciales. El desempleo es menor
entre las personas con estudios superiores. No obstante, las cifras del
desempleo para las mujeres de mayor cualificación académica casi triplica
la media europea en el mismo estrato.
Cuadro
2.- Tasas de paro por género y niveles educativos.
Nivel 1
|
Nivel 2
|
Nivel 3
|
||||
MUJERES
|
HOMBRES
|
MUJERES
|
HOMBRES
|
MUJERES
|
HOMBRES
|
|
Finlandia
|
18,4
|
16,3
|
8,3
|
9,2
|
4,1
|
4,8
|
Francia
|
19,9
|
16,4
|
10,5
|
9,7
|
5,8
|
6,0
|
Portugal
|
16,7
|
18,0
|
19,1
|
15,6
|
13,9
|
10,7
|
Suecia
|
20,2
|
17,8
|
7,3
|
7,2
|
4,2
|
4,7
|
España
|
36,4
|
34,5
|
27,6
|
24,3
|
17,6
|
14,3
|
UE-28
|
18,7
|
19,4
|
10,4
|
9.5
|
6,9
|
5,8
|
Las Guerrilla Girls denunciaban en los años
noventa que en Estados Unidos el salario de las mujeres era el 66,7 por 100 del
masculino. En España, según los últimos datos publicados, el salario medio
anual de las mujeres representaba el 76,1 por 100 del masculino; cifra inferior
a la del ejercicio precedente. Bien es cierto que las diferencias se hacen
menores cuando se consideran situaciones similares en términos de ocupación,
contrato o tipo de jornada. Si, tal como se recoge en el Cuadro 3, las
ganancias medias anuales se hacen atendiendo al tipo de jornada, las
diferencias se acortan. Y, aunque las estadísticas se pueden retorcer tanto
como se deseen para resaltar un logro o una deficiencia, en este caso son
suficientemente elocuentes para destacar que, independientemente de cómo se
mida el salario promedio, en España las mujeres ganan menos que los hombres. La
desigualdad se hace más profunda en los niveles más elevados de salarios. Por
ejemplo, entre los trabajadores que se encuentran en el escalón más bajo de
salarios, el 69 por 100 son mujeres frente al 39 por 100 de hombres. En el tramo más alto de ganancias el
porcentaje se invierte: 25 por 100 mujeres y 75 por 100 hombres.
Cuadro 3.- Ganancia media anual por tipo de
jornada (€).
Ambos sexos
|
Mujeres
|
Hombres
|
|
Tiempo completo
|
26.095
|
23.674
|
27.898
|
Tiempo parcial
|
10.321
|
9.988
|
11.032
|
Total
|
22.726
|
19.537
|
25.682
|
El hecho de que la distancia salarial entre
hombres y mujeres se agrande en los tramos salariales superiores induce a
pensar que son las diferencias en los niveles formativos las que explican esta
desigualdad. Sin embargo, según los últimos datos publicados, entre los
estudiantes matriculados en los estudios universitarios de grado más de la
mitad, el 54 por 100, son mujeres; porcentaje similar al que existe en los
estudios de máster. La mayor presencia femenina en los estudios universitarios
se hizo evidente desde comienzos de los noventa, por lo que el mercado de
trabajo ya debía haber reflejado este cambio y habrían debido rebajarse las
diferencias en el acceso a puestos de trabajo y retribuciones. Resulta
interesante comprobar la “feminización” de determinados estudios como Ciencias
de la Salud, Arte y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas, frente a los
estudios de Ingeniería y Arquitectura que persisten mayoritariamente masculinos
(Cuadro 4).
Cuadro 4.- Estudiantes matriculados en Grado
por sexo (%). Curso 2013-2014
Hombres
|
Mujeres
|
|
Ciencias Sociales y Jurídicas
|
39,1
|
60,9
|
Ingeniería y Arquitectura
|
73,9
|
26,1
|
Arte y Humanidades
|
38,4
|
61,6
|
Ciencias de la Salud
|
29,9
|
70,1
|
Ciencias
|
47,4
|
52,6
|
Total
|
45,7
|
54,3
|
Fuente: Ministerio de Educación.
La orientación hacia el sector público de las
áreas de conocimiento con predominio de mujeres (medicina, judicatura,
enseñanza…), frente a los estudios con mayoría masculina más volcados al sector
privado, puede explicar una de las razones de la divergencia existente en los
estratos de mayor retribución, avalando la escasa presencia de mujeres en
puestos de liderazgo y de alto nivel retributivo. Aunque el objetivo de esta
reflexión no es abordar las causas explicativas de esta discriminación, sí creo
interesante revisar someramente la presencia femenina en los centros de poder,
tanto los políticos como los económicos; aspecto que refleja bien la capacidad
de tomar decisiones con repercusiones económicas y sociales.
En el ámbito empresarial, la presencia femenina
en los cargos directivos ronda el 20 por 100, aunque si se analiza la
composición de los consejos de administración de las empresas que integran el
IBEX-35 (índice bursátil español formado por las 35 empresas de mayor liquidez
que cotizan en las 4 bolsas españolas) las mujeres ocupan el 18 por 100 de los
puestos (incluso en dos empresas, Sacyr y Técnicas Reunidas no hay mujeres en
sus consejos de administración). Por lo tanto, si consideramos que más del 50
por 100 de la población española con estudios universitarios son mujeres, la
toma de decisiones que implica el acceso al poder económico también está
limitada para las mujeres.
La participación de las mujeres en los ámbitos
de poder político, aunque ha mejorado en los últimos años, también está lejos
del objetivo marcado por la Ley Orgánica 3/2007 que busca la presencia
equilibrada de hombres y mujeres en cargos y órganos de responsabilidad
políticas (porcentajes entre el 40 y el 60 por 100 por sexo). Tanto en el
Consejo de Ministros con 4 mujeres entre sus 13 miembros, la composición del
Parlamento en el que únicamente la presencia femenina alcanza el 35 por 100 o
las ejecutivas de los partidos con un 34 por 100 de mujeres (las disparidades
entre partidos son amplias, desde el
PSOE con 45 por 100 a Esquerra Republicana de Catalunya con un 18,6 por 100)
reflejan el bajo peso de las mujeres en los centros de poder político.
En síntesis, las diferencias entre hombres y
mujeres en España son relevantes. Tanto en lo que se refiere a las opciones
laborales, como en las retribuciones hay claros signos de discriminación. También
el acceso al poder, tanto económico como político, aparece significativamente limitado
para las mujeres. No se trata únicamente de una cuestión reivindicativa de
género, sino que como pone de manifiesto una institución tan poco sospechosa
como la Comisión Europea “un modo de mejorar la competitividad de los países
europeos es lograr un mejor equilibrio entre hombres y mujeres en los puestos
de toma de decisiones económicas y
políticas”. Por eso, el mensaje del
cartel de las Guerrilla Girls con las gomas de borrar para eliminar toda
discriminación debe ser defendido; si
las razones morales no son convincentes, ténganse en cuenta los argumentos de
eficiencia económica. Todos saldremos ganando¡¡¡