Deleitarse con lo cercano
Si Eugenio D’Ors en su libro Tres horas en el museo del Prado
invitaba a los lectores a seleccionar pocas obras de la pinacoteca y contemplarlas con lentitud, evitando recorridos exhaustivos en los que se pretende abarcar el todo, yo, salvando las distancias propongo hacer algo similar en el Palacio del
Infantado, aunque mi rango temporal es inferior. Guadalajara dista
de Madrid unos 50 kilómetros y, sin embargo, confieso que nunca me había
detenido allí con el sosiego que requiere el disfrute de su oferta turística;
comportamiento que tal vez es similar al de otros miles de madrileños o
viajeros que no tienen a la ciudad de Guadalajara entre sus destinos
preferentes. Este otoño, por motivos familiares, he tenido que ir en múltiples
ocasiones. Disponía de tiempo libre y me dediqué a recorrer la ciudad
pausadamente. No tardé en verme recompensada. Entre los desmanes del
crecimiento desordenado de las últimas décadas se esconden huellas de un pasado
con brillo propio, como el Palacio del Infantado objeto de esta entrada, o el
Panteón de la Duquesa de Sevillano por ejemplo, u otra más reciente, como el
museo del artista internacional Francisco Sobrino; visitas que requieren su
tiempo.
El emblema de la ciudad es el
Palacio del Infantado. Allí se encuentra el museo provincial y, pensando más en
conocer las estancias palaciegas que en el contenido museístico saqué mi
entrada. De inmediato me olvidé de palacios y grandes de España y quedé
apresada en el propio museo. No es muy grande; no tiene obras de arte
universales pero es muy didáctico y el título que articula el contenido “Tránsitos” me cautivó.
Partiendo de los significados de
la palabra tránsito y esencialmente con la consideración de camino y las
diferentes etapas por los que pasa el hombre, como ser individual y social, en
la vida terrenal y su búsqueda de eternidad, se configuran los cuatro espacios
del museo: Vida, Muerte, Espacios Sagrados y El Cielo
en la Tierra. En suma, se nos plantean argumentos universales para el ser
humano. El hilo conductor tiene un carácter muy antropológico y las piezas que
lo integran son de campos tan diversos como la etnografía (aperos agrarios…),
arqueología (objetos de excavaciones…) o bellas artes (pintura, escultura…).
Ya desde el comienzo, con el eje
vertebrador de la exposición, comencé a pensar acerca del progresivo aumento de
la esperanza de vida en España. Como se recoge en el cuadro 1, si en el año
1900 la vida media de los españoles era de 35 años, en la primera década del
siglo XXI la ganancia de vida era de 47 años, estableciéndose la edad media de
los españoles en 83 años. Los factores explicativos de esta evolución se deben,
en apretada síntesis, a dos factores. Por un lado, al control de las enfermedades
como la bronquitis, el sarampión, la gripe… que junto a los avances en la
higiene y en la alimentación permitieron reducir de manera considerable las
altas tasas de mortalidad infantil en las primeras décadas del siglo XX. Por
otro, las mejoras en las coberturas sanitarias en el último cuarto del pasado
siglo están permitiendo una reducción de la mortalidad en el segmento de
población de mayor edad.
Tabla 1.- Esperanza de vida al nacer en
España: evolución.
1900
|
1930
|
1998
|
2012
|
|
Número de
años
|
35
|
50
|
79
|
82
|
Este incremento en la cantidad de
años que viviría un recién nacido en España si los patrones de mortalidad no
cambian a lo largo de su vida, explican que nuestro país se sitúe en el puesto
número 7 entre los 144 países para los que existe información. Tal como se
indica en la tabla 2, dos países asiáticos encabezan la lista de las sociedades
más longevas del mundo y los valores de España le colocan en el grupo de
cabeza. Aquí, como en otros campos, el nivel de desarrollo determina los
valores de esta variable. Así, un ciudadano africano de Sierra Leona, el país
peor situado, tiene una esperanza de vida media de 38 años menos que uno nacido
en Hong Kong.
Tabla 2.- España en el contexto internacional:
la esperanza de vida en 2013.
Puesto
|
País
|
Esperanza
Vida
|
1
|
Hong Kong
|
83,5
|
2
|
Japón
|
83,1
|
3
|
Italia
|
82,9
|
4
|
Islandia
|
82,9
|
5
|
Suiza
|
82,7
|
6
|
Francia
|
82,6
|
7
|
España
|
82,4
|
143
|
Botswana
|
47,0
|
144
|
Sierra Leona
|
45,3
|
Fuente: The Global Competitiveness Report. 2014-2015
Moledera de granos (1250-1000 aC) |
En las salas dedicadas a la VIDA se revisa la importancia para la
supervivencia de las fuentes económicas básicas (agricultura y ganadería) y nos anima a reflexionar sobre los cambios
experimentados hoy día. En este sentido, aquellas actividades de caza y pesca
que facilitaban el alimento en los tiempos pretéritos constituyen hoy objeto de
ocio y esparcimiento. Asimismo, los objetos mostrados nos explican cómo a
medida que los avances fueron permitiendo excedentes alimenticios, una parte de
la población pudo dedicarse a las producciones artesanales.
Pesas de telar de la época romana (I-II dC) |
El desarrollo de la
metalurgia, los textiles o la cerámica facilitaron un instrumental que sirvió,
en un primer momento, para cubrir las necesidades básicas del hombre, tanto las
alimenticias porque hacían más eficientes las producciones agrarias (rejas,
arados…), como las del vestido o los utensilios para el hogar, por ejemplo
cántaras o candiles. Ahora bien, ya desde tiempos remotos se emplearon
diferentes objetos que sirvieran para evidenciar la pertenencia a una clase
social diferente. La demostración de riqueza como manifestación del poder se
encuentra, tanto en la exhibición de joyas, de ricas vestiduras, de construcciones
diferenciadas (palacios, iglesias…) como en aquellos productos relativos a la
decoración.
Luisa Roldán. Virgen niña con San Joaquín y Santa Ana. |
Una mención especial a las obras
de arte que adornaron palacios o conventos merecen los trabajos de Luisa
Roldán, la Roldana: Virgen niña con San
Joaquín y Santa Ana y Los primeros pasos de Jesús niño. Esta artista nacida
en Sevilla a mediados del siglo XVII aprende con su padre el oficio y llega a
la corte de Madrid buscando trabajo. Fue nombrada escultora de cámara en el
reinado de Carlos II y de Felipe V. La
delicadeza de estas dos piezas en terracota, el tratamiento de las escenas
religiosas como si de interiores familiares se tratara son argumentos sobrados
para garantizar el deleite del espectador.
Luisa Roldán: los primeros pasos de Jesús niño. |
La representación de la Virgen niña
y de Jesús dando sus primeros pasos, me hizo recordar uno de los grandes
problemas de la demografía actual en España: la caída de la natalidad. Según
los datos oficiales (tabla 3), España es uno de los tres países de la Unión
Europea con menor número de hijos. Esta baja natalidad, unida a la elevada
esperanza de vida, a la que me refería al comienzo, constituyen uno de los
riesgos más importantes para el crecimiento en el medio y largo plazo de la
sociedad española.
Tabla 3.- Número medio de hijos
por mujer. Año 2012
Francia
|
Suecia
|
Finlandia
|
España
|
Polonia
|
Portugal
|
2.01
|
1,91
|
1,80
|
1,32
|
1,30
|
1,28
|
Losa sepulcral de caballero en alabastro (S. XV) |
Dejando aparte las amenazas
demográficas futuras y volviendo al eje conductor del museo, las salas
dedicadas a la MUERTE nos ilustran con objetos relativos a los diferentes
sistemas de creencias que el hombre ha desarrollado para afrontar el final de
la vida, buscando dignificar el tránsito y alentando la búsqueda de una vida
mejor. Las prácticas para preparar los cadáveres o los tipos de enterramientos
nos dan una información valiosa acerca de la organización y sistemas de valores
de una sociedad. Por ello, los ajuares encontrados en las tumbas o los
monumentos funerarios que buscan esquivar el olvido constituyen materiales
didácticos de primer orden y, en muchos casos, objetos de belleza indiscutible.
Las últimas secciones ESPACIOS
SAGRADOS y EL CIELO EN LA TIERRA están relacionados con las obras del hombre
para atraer a la divinidad, buscando crear entornos adecuados para comunicarse
con Dios. Todas las religiones utilizan estos espacios para la celebración de
ritos y ceremonias con el objetivo final de conectar con ese poder superior y
rogarle por el bien de la comunidad o del creyente. Asimismo, la búsqueda del
hombre por contactar con la Divinidad ha dado lugar a iconografías muy ricas en
las que se pretende mostrar el potencial de la bondad para la conexión con el
Ser Superior. Un conjunto de piezas interesantes configuran estas salas;
representaciones iconográficas de la Virgen (merece detenerse en la obra de
Alonso Cano, La Virgen de la leche), de los santos (el Éxtasis de Santa Teresa de Carreño de
Miranda) y la diversidad de objetos litúrgicos ilustran con claridad el interés
del hombre por las experiencias trascendentales.
El patio del palacio, al que se
llega desde la última sala, deslumbra por su magnificencia. Y, como broche
final, las pinturas de los techos y obras de arte que albergan los salones. Todo
ello permite hacerse una idea del poder ligado al linaje de los Mendoza,
quienes convirtieron este palacio en una pequeña corte e hicieron de su estirpe
y de esta ciudad referencias que traspasaron las fronteras nacionales. En este
punto, sin poder evitarlo, comencé a pensar en las élites actuales, pero… ¡ las
dos horas ya hacía rato que habían pasado ¡