domingo, 18 de abril de 2021

Marruecos: ¡Tan cerca, tan lejos!

                                         Nostalgia solar. 1962. Mohamed MELEHI


La pandemia no parece remitir como nos gustaría. El confinamiento perimetral me obliga a no salir de Madrid y busco refugio, una vez más, en el arte. Esta semana mis pasos fueron hasta el museo Reina Sofía y la exposición Trilogía marroquí. 1950-2020 me interesó.


La amplia muestra del Reina Sofía me ha permitido contemplar el dinamismo cultural de un país, Marruecos, a lo largo de las últimas 7 décadas. El título alude a tres ciudades:  Casablanca, Tánger y Tetuán. En ellas existieron importantes focos de creatividad y, bajo esa denominación, se hace referencia  a las expresiones artísticas producidas en tres períodos característicos (desde la independencia hasta finales de los sesenta; los años de plomo -1970/1999- y los años del siglo XXI).

Una exposición tan amplia exige varias visitas y paulatinamente fraguó la idea de que Marruecos y España, en términos de evolución socioeconómica, presentan rasgos muy similares de los que dan cuenta los artistas en sus obras. Por seguir con el juego numérico, he seleccionado tres hilos conductores que evidencian las similitudes entre ambos países.

En primer lugar, el arte como denuncia del autoritarismo del régimen político. 












Farid BELKAHIA. Tortura. 1961

Tortura (1961) de Farid Belkahia y Reflexión y reclusión (1972) de Latifa Toujani evidencian el papel de la obra artística como instrumento de protesta. Tanto España como Marruecos compartieron un entorno político no democrático, con fuerte censura y donde la creación artística permitió generar un espacio de crítica social






Latifa TOUJANI. Reflexión y reclusión. 1972


Si bien con pautas y velocidades diferentes, ambas naciones evolucionaron hacia monarquías constitucionales. De hecho, en España la constitución vigente se aprobó en 1978; en Marruecos data de 1992, aunque se modificó en 2011, recogiendo parte de las reivindicaciones de la denominada “Primavera Árabe” que sacudía la región.

En segundo término, Marruecos y España comparten una estrategia económica muy similar. Bien es cierto que, en términos socioeconómicos, ambos países están aún distantes, pero el modelo productivo presenta notables coincidencias, si bien la economía marroquí va sustancialmente más retrasada.

 Cuadro 1.- Indicadores básicos de desarrollo.

 

Marruecos

España

Población

36 millones

47 millones

Esperanza de vida (años vida al nacer)

75 H

78 M

81 H

86 M

Tasa de natalidad por 1000 personas

19

8

PIBpc en PPA*

43.496

7.826

Tasa de alfabetización

98

100

Población rural (% total)

37

19

Maquinaría agrícola por 100 KM2 de tierra cultivable

49

831

% ingreso total en manos del 10 % más rico

32

25

PIBpc en PPA es el producto interior bruto per cápita del país calculado según la paridad del poder adquisitivo (PPA). De manera simple, con este procedimiento se estiman las unidades monetarias locales necesarias para adquirir, dentro del país, la misma cantidad de bienes que en Estados Unidos se haría con un dólar.
Fuente: Banco Mundial. Base de datos. Indicadores.
Los datos del cuadro 1 evidencian que Marruecos es un país menos desarrollado que España; un ciudadano marroquí dispone de una renta que es casi seis veces menor que la de uno español. Además, la distribución del ingreso está más concentrada; el diez por ciento más rico de la población marroquí tiene siete puntos más de renta que el mismo estrato en España. Asimismo, la esperanza de vida al nacer es menor para un marroquí que para un español (6 años menor para el hombre y 8 para la mujer). Además, el porcentaje de la población que vive en zonas rurales es casi el doble que en España y su agricultura está mucho menos mecanizada y, por lo tanto, es menos productiva.


                                          Moulay Ahmed DRISSI. Labranza. s.i

Siendo cierto que existe una considerable diferencia, en términos de desarrollo económico y social, entre ambos países, también lo es que la pauta económica de Marruecos es casi idéntica a la de España. Las remesas de los emigrantes, la inversión directa extranjera y las exportaciones agrarias son los tres pilares del crecimiento de la economía marroquí, como también lo fueron para la española de los años sesenta.
Marruecos ha tenido una intensa emigración internacional; más de cinco millones de marroquíes viven en el extranjero y sus remesas son cruciales para dinamizar su economía. Por su parte, las exportaciones siguen sustentándose en el sector agrario (judías verdes, tomates y cítricos) y en los fosfatos, aunque en los últimos años un sector industrial muy ligado a la inversión extranjera está ganando un considerable peso.

Marruecos ha recibido considerables inversiones desde el extranjero con destino, entre otros, al sector automovilístico y aeronáutico, lo que explica la presencia de estos productos industriales en la balanza exportadora marroquí. Las fuertes entradas de capital extranjero en los últimos años han contribuido a modernizar la economía marroquí, como también lo hicieron en la española durante los ochenta en el horizonte de la incorporación a la antigua Comunidad Económica Europea. El título y la evocación de los antiguos ordenadores de esta obra de Mohamed Melehi. IBM 1962, me hizo pensar, de inmediato, en las inversiones de las grandes corporaciones.

La apuesta de las autoridades españolas por el turismo, que comenzó en la década del sesenta del pasado siglo y no ha hecho más que aumentar, se observa también en Marruecos. Los últimos datos revelan que el turismo se ha convertido en sector prioritario existiendo un plan del gobierno para situar al país entre los veinte primeros destinos turísticos mundiales. Cada vez más, desde ambos gobiernos se despliega una estrategia para reforzar los servicios turísticos como generadores de actividad económica. El turismo se presenta como la meta de nuestros los pasos; los gestores porque sus rendimientos son palpables en el corto plazo y ése es su horizonte y los turistas porque la velocidad del viaje nos tienta con una felicidad que se nos resiste en la vida diaria.

Por todo ello, la obra Adán y Eva, de la artista Soukaina Joual, me parece ilustrativa del paraíso que se nos ofrece con el turismo. Y, al final, la manzana tentadora no es la panacea que nos ofrecían. La crisis de la Covid19 ha puesto de relieve la fragilidad de una actividad tan coyuntural y el peligro que implica para las economías depender de sectores tan frágiles; las dos economías han experimentado caídas de ingresos por encima del 60 por ciento

Como tercer eje conductor, me referiré a la vinculación entre Marruecos y España, obviando todo lo relativo a las relaciones político-diplomáticas que no entran en esta reflexión. Ambos países se necesitan mutuamente puesto que son socios comerciales importantes. El mercado español es relevante para los productos marroquíes; el 25 por ciento de sus exportaciones van a España y un 16 por 100 de las importaciones son españolas. Además, Marruecos constituye el primer país destino de las inversiones españolas en África. De hecho, Marruecos juega un papel central como puerta de entrada en otros países africanos. Los menores costes laborales y los buenos servicios logísticos de Marruecos constituyen pilares competitivos en sectores como textil, automoción o agroalimentario, por citar algunos de los más relevantes.

En suma, Marruecos es para los españoles un país MUY; muy cerca en distancia y muy lejos en conocimiento. Los medios de comunicación nos dan noticias de pateras, tráficos ilegales y cosas por el estilo. Sin embargo, buena parte de nuestra economía está engarzada con la marroquí. Ambos países presentan una senda de desarrollo coincidente, aunque con distintas velocidades. Los flujos comerciales e inversores son importantes. No sólo una buena parte de las frutas y verduras que comemos provienen de Marruecos, sino otros productos se integran en nuestro sistema económico como bienes intermedios (los que sirven para hacer otros bienes). A modo de ejemplo, citaré la importancia de los fosfatos para la industria química (abonos...), o los componentes automovilísticos para el sector del automóvil español. Los españoles debemos mirar más hacia Marruecos y abandonar una, muy infundada, idea de superioridad que no esconde más que ignorancia.




El lector perdonará mi licencia. La obra de la exposición titulada 500 metros de silencio sea el pasado, dando entrada a un presente convertido en metros de palabras entre vecinos