jueves, 2 de julio de 2015

Tal como éramos.


Una joya en el camino: el museo de Vilafamés (Castellón)


 

Días atrás, un anuncio atrapó mi atención. Se ofrecía al potencial viajero el placer de visitar Australia con el paraguas del adjetivo “Fascinante”. El precio no era barato: desde 2.500 euros y ya se sabe que el empleo de este adverbio significa que la cifra será sustancialmente mayor. Sin embargo, lo que llamó mi atención no fue el precio, sino la duración: 12 días, 8 noches. ¿Quién se marcha al otro lado del mundo para pasar una semana? Me dije que no hay aventureros capaces de semejante hazaña. No pude evitar preguntar. Mi sorpresa fue mayúscula: quedaban ya pocas plazas. Admito mi derrota…
Después de esto, escribir sobre el placer de un viaje a un pequeño pueblo de Castellón, Vilafamés, va a hacer huir a mis amigos lectores, porque mi aventura se centra en el descubrimiento de un interesante museo de arte contemporáneo (Macvac), instalado en un edificio del siglo XV a los pies del castillo. La atmósfera de las salas y la ausencia de visitantes me hicieron sentir como si hubiesen abierto las puertas únicamente para mí, dejando que gozara de las obras a mi antojo. La colección es representativa del arte español desde la segunda mitad de siglo XX hasta la actualidad y, de manera paulatina, las piezas me llevaban a recordar las grandes etapas de la economía y de la sociedad española en los últimos seis decenios. Al celebrarse este año el trigésimo aniversario de la entrada de España en la Unión Europea, he optado por repasar algunos rasgos sobresalientes de la economía y de la sociedad española de aquellos momentos en los que Europa representó la puerta a una esperanza común y, en la medida de lo posible, comparar los resultados con la situación actual.
Jesús Castello. Opresión. 1974

El asesinato de Carrero Blanco y la intensa crisis petrolera del año 1973 fueron  dos hechos relevantes que marcaron la situación de España de comienzos de los años setenta. Por un lado, se hacía evidente, en el ámbito político, la necesidad de fraguar el proceso de transición hacia otro sistema. Y, por otro, en la esfera económica se agudizaba una crisis de gran calado, con una débil industria de bajo contenido tecnológico y de alto consumo energético. La intensa descomposición política de un régimen que terminaría con la muerte del general Francisco Franco en noviembre de 1975, tuvo su punto álgido en las cinco penas de muerte ejecutadas dos meses antes, el 27 de septiembre del mismo año. De ahí que la escultura en piedra de Jesús Castello resulta suficientemente explicativa de los últimos zarpazos de un régimen en el límite de la extinción.
 
En la sociedad española se respiraba un deseo vehemente de cambio. A comienzos de 1976 una encuesta realizada por el entonces Instituto de Opinión Pública mostraba que el 75 por 100 de los españoles deseaba una forma democrática de gobierno; diez años antes, el 55 por 100 respondía ante la misma pregunta: No sabe, no contesta. Esa marcha hacia la democracia se fragua de la mano de una nueva élite. Tanto en la esfera política como en los medios de comunicación surgen nuevos personajes con notoriedad pública que son la cara visible del cambio.  

José Luis Verdes. Composición. 1972
El artista José Luis Verdes conoció muy bien a esa élite, especialmente a la periodística pues no en vano tuvo un contacto muy directo con el periódico El País, por eso en la obra aquí seleccionada se percibe no sólo la estética de esa clase social que llegaba al poder, sino que mediante las sombras de la figura central nos evoca a todos aquéllos  que permaneciendo invisibles para los ciudadanos, fueron artífices centrales en el diseño y ejecución del nuevo rumbo político.
Desde finales de los años setenta la puerta de Europa se vislumbra como la salida natural para un país en fase de transformación. El gobierno de Adolfo Suárez solicita la apertura de negociaciones con la entonces Comunidad Económica Europea en el año 1977 y dos años después se inician formalmente las negociaciones que culminarán en la firma del Tratado de Adhesión en Junio de 1985. La escultura en hierro de Ricardo Ugarte de Zubiarraín ilustra ese deseo de volar de la sociedad española, para la que se comenzaba a hacerse realidad aquella frase de Ortega y Gasset: España, como problema. Europa, como solución.
Ricardo Ugarte de Zubiarraín. Aleteo. 1978
 
La entrada en el club europeo alentaba  el optimismo de ver culminado el proceso de normalización de las relaciones internacionales de España. Sin embargo, al igual que en la obra de Ugarte el espíritu de libertad del metal está atrapado en su pedestal, la intensa crisis económica que vivía el país, con cifras de desempleo y de inflación antes desconocidas, hacía temer la integración en el espacio europeo. Parece evidente que existían reticencias en la sociedad española ante la entrada en Europa, pues más del 70 por 100 de los españoles opinaba que hablaba poco o nada de la Comunidad Europea con familia y amigos, frente a un 29 por 100 que afirmaba discutir mucho o bastante sobre el tema.
Así, a las puertas de la total incorporación a la Comunidad Europea en enero de 1986, la sociedad española tenía entre sus preocupaciones principales los problemas económicos (paro, crisis e inflación) y el terrorismo, si bien mostraba una inquietud significativa por las relaciones exteriores del país ante la inminente pertenencia a Europa y la convocatoria del referéndum sobre la permanencia en la OTAN que se celebraría meses después (casi la mitad de los ciudadanos pensaba que la incorporación a Europa implicaría mejor trato para España en el escenario internacional). Según los datos del cuadro 1, hoy persisten las inquietudes derivadas de la crisis económica (paro, problemas en general, sanidad, educación…), desaparece el terrorismo y aparecen las inquietudes relacionadas con la corrupción y el fraude. 
Cuadro 1.- Los problemas más relevantes para los españoles según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).


Orden de los problemas
1985
Mayo 2015
Primero
Paro
Paro
Segundo
Terrorismo de ETA
Corrupción y Fraude
Tercero
Crisis económica
Problemas económicos
Cuarto
Orden Público
Los políticos y la política
Quinto
Seguridad Social
Sanidad

 

De hecho, aunque la crisis que atravesaba la economía española en 1985 era de gran calado y exigió medidas de alto coste social (reconversiones industriales, revisión del sistema de Seguridad Social…), la percepción de los españoles sobre la situación económica era bastante más positiva que en la actualidad. La sensación de crisis estaba más mitigada; hoy existen cuatro veces más españoles que valoran el entorno económico como muy malo en relación a los que los hacían treinta años antes. Conclusión parecida, aunque más agravada, se obtiene en la valoración de la situación política (Cuadro 2).

Cuadro 2.- Valoración del panorama económico y político (%)


 
Situación económica
Situación política
 
1985
Mayo 2015
1985
Mayo 2015
Muy buena
1
0
1
0,2
Buena
9
2,7
21
2,7
Ni buena ni mala
44
24,8
47
17,7
Mala
34
42,3
13
34,4
Muy mala
7
29,8
4
42,1






 
 
Entre las posibles explicaciones al pesimismo actual apunto dos. Por un lado, el fuerte deterioro de la clase política y, por derivación, de la política en general ante la extensión de los casos de corrupción que minan la credibilidad de las instituciones vitales en un sistema democrático. Por otro, el azote de la crisis económica con claro deterioro de una renta que se viene reduciendo paulatinamente desde 2007. No podemos olvidar que al comienzo de la crisis la renta per cápita de los españoles era un 70 por 100 más elevada que en 1985 y desde entonces se está reduciendo de manera significativa. En otras palabras, en 1985 en el balance pesaban más los logros que los fracasos. La sociedad, aunque golpeada por el terrorismo de ETA, valoraba los avances en materia de libertad y democracia. Así, la entrada en Europa era contemplada como el logro de un anhelo histórico. Por su parte, en 2015 la conjunción de una triple crisis: económica, política y social ha desembocado en un sentimiento de frustración colectiva. Los partidos tradicionales se han visto superados por las circunstancias y nuevas organizaciones, surgidas desde los movimientos y las redes sociales, están configurando un espacio político de mayor complejidad. El tiempo nos irá diciendo si el multipartidismo sentará las bases para el  remedio y la renovación exigidos por la sociedad española.
Juan Genovés. Secuencia. 1998
La contemplación de los dos grupos de personas huyendo en sentidos opuestos y esa brecha central que se agranda cada vez más del cuadro de Juan Genovés, me llevó de inmediato a pensar en la separación ideológica que se observa en la sociedad española. Los datos parecen avalar esa tesis.
 
Cuadro 3.- Posición ideológica de los españoles (%)

 
1985
Mayo 2015
Izquierda
14
37
Centro
39
34
Derecha
17
12
NS/NC
30
17
 

Si en 1985, la sociedad española se definía mayoritariamente de centro con una franja casi similar a cada lado del espectro político, treinta años después, los españoles se sienten más cercanos a posiciones de izquierdas, observándose una clara disminución en los segmentos que se consideran de centro o de derecha. Por ello, y aunque casi un tercio no se definía políticamente en el año 1985, no parece descabellado sostener que, como en la pintura de Genovés, el equilibrio de la banda central se debilita con la huida de los ciudadanos en direcciones contrarias,  como si resultase imposible mirarse de frente y establecer una discusión sosegada.
También resulta interesante comprobar los cambios notables que en materia religiosa ha experimentado la sociedad española. En la obra de Alfredo Alcaín esa Virgen Dolorosa agitando una banderita española en un altar repleto de exvotos en cera, de estampitas de santos, de vírgenes, de fotografías de anónimos ciudadanos de todas las edades,  nos evoca el paradigma de la España católica y temerosa de Dios.


Alfredo Alcaín. Altar de un pueblo español. 1970
 
Según se muestra en el cuadro 4, en la actual sociedad española ha crecido el número de personas que se consideran ateas, no creyentes o practicantes de otras religiones en estos últimos treinta años. Sin embargo, la mayoría sigue definiéndose como católica, aunque en menor grado (70 por 100 frente al 89 por 100 de 1985). En todo caso, en mi opinión ese sustrato católico tiene más un carácter sociológico que exclusivamente religioso, pues la población que se declara practicante habitual ha decaído desde el 59 por 100 en 1985 hasta el 15 por 100 de la actualidad.
 
 
Cuadro 4.- Autodefinición religiosa (%).

 
1985
Mayo 2015
Católico
89
70
Otras religiones
1
3
No creyente
5
16
Ateo
Sin datos
9
Indiferente
5
2
Tal vez por eso en este país

no sorprende que los grandes triunfos de un equipo de futbol se celebren, entre otros actos,  con la visita a la iglesia del patrono local para ofrendarle el trofeo o que las fiestas de pueblos y ciudades tengan como motivo una advocación religiosa.
 

Ahora que llega el verano os propongo el entretenido pasatiempo de revisar los programas festivos; entre bailes amenizados por orquestas de nombres singulares, juegos variados, toros y comidas populares, casi siempre, se encuentra el apartado de procesiones solemnes. A pesar de que en 1985 el 63 por 100 de los españoles creían que la entrada en Europa sería muy beneficiosa para la cultura y el 71 por 100 pensaba que aumentaría el nivel cultural,  el panorama veraniego en pueblos y playas españoles no parece avalar estas proyecciones. El invierno no es mejor, pero al menos hace más frío y el ruido molesta menos¡¡¡
 Fuentes consultadas:
 
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS): Expectativas 1986. Número de estudio 1499.
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS): Barómetro. Mayo 2015.
Instituto Nacional de Estadística (INE): Serie renta per cápita.