lunes, 17 de julio de 2023

 

EVELYN DE MORGAN: una artista en la Inglaterra de la Revolución Industrial.

 

Mary Evelyn Pickering nació en Londres en el año 1855. En aquel momento Londres era la mayor ciudad del mundo con 2,7 millones de habitantes. Y, Gran Bretaña era el país hegemónico mundial. En términos medios, los indicadores económicos muestran que la renta por habitante de esa nación era 123, muy superior a la de otros países como Francia (86) y más del doble de la española (57).

Ese panorama económico se explica por el impacto que estaba teniendo el proceso conocido como Revolución Industrial. Desde mediados del siglo XVIII, en Gran Bretaña se dieron innovaciones que cambiaron el rumbo del país. La aparición de las máquinas de hilado/tejido del algodón facilitaron un crecimiento vertiginoso de la productividad del sector textil. La máquina de vapor y su impacto en el transporte, junto a las innovaciones en la siderurgia y en la industria química, provocaron un crecimiento económico desconocido hasta ese momento.

En 1860, cuando Evelyn contaba con 5 años, Gran Bretaña había logrado construir la mayor red de canales navegables del mundo que unían sus principales ciudades. Este hecho junto las innovaciones en la construcción de carreteras (firmes artificiales …) facilitaban el tráfico comercial y de personas que generaba un sustancial crecimiento económico. La Revolución Industrial desencadenó un fenómeno de transformación económica y social en este país.

Los datos globales de Gran Bretaña mejoraban, lo que no excluía que grandes sectores de la sociedad vivieran en condiciones de extrema pobreza. El artesanado, como clase social, estaba desapareciendo y el obrero fabril emergía como la nueva clase. Las disparidades sociales estaban lejos de reducirse. Mary Evelyn nació en el seno de una familia de clase alta y emparentada con la nobleza. Su nacimiento y pertenencia social hacían presagiar una vida orientada básicamente hacia la profesión de esposa dentro de un matrimonio convencional en una muchacha de su clase. Nada más lejos del camino esperado.

Gran Bretaña mejoraba sus niveles de alfabetización. De hecho, en 1860 la tasa de analfabetismo la sitúan los analistas en 24 por 100 frente al 32 de Francia o el 71 de España en el mismo período. Ahora bien, Mary Evelyn recibió una educación esmerada en casa con tutores especializados, según la norma de las clases altas. En los inicios siguió lecciones de literatura clásica, mitología e idiomas. De hecho, aprendió latín, griego, francés, alemán e italiano. Tuvo la oportunidad de viajar por Francia y, especialmente por Italia en compañía de su tío, el pintor John Roddhan Spencer Stanhope, hermano de su madre.

A pesar de los avances experimentados en el país, en la segunda parte del siglo XIX, las mujeres tenían prohibido la asistencia a clases de dibujo con modelos en directo. Mary Evelyn rompió también este límite al ingresar en la Slade School of Art, donde se le permitió aprender dibujo del cuerpo humano al natural. Su decisión era clara: quería ser pintora y ganarse así la vida. Sus trabajos de esta etapa nos muestran la elevada calidad de esta artista hasta el punto de que se presentó a varios concursos y, es ahora cuando decide prescindir del nombre de Mary para llamarse Evelyn. Resultaba más ambiguo y evitaba así que la evaluaran más como mujer que como artista. Residió durante un tiempo en Florencia, conociendo las obras de los pintores renacentistas y sobre todo las de Sandro Botticelli. Su obra Flora da muestras de esa admiración.

FLORA. 1894
Flora. 1894



En 1883 conoce a William de Morgan con quien se casa poco tiempo después, adoptando su apellido. A partir de entonces, todos sus trabajos son firmados como Evelyn de Morgan; nombre por el que ha pasado a la historia del arte. De esta etapa es la obra Love’s Passing, una clara alegoría del paso del tiempo y del amor. 

Love's Passing. 1883
Love's Passing. 1883

Trabajó duro, entre otras cosas, porque la renta familiar dependía de la venta de sus obras de arte. Entre sus principales clientes se menciona al armador escocés William Imrie en cuyos astilleros se construyó el Titanic. Este empresario fue un gran admirador de la artista y llegó a comprar ocho de sus pinturas.

Evelyn de Morgan fue una mujer con elevado compromiso social muy alejada ya de sus antiguos privilegios de clase. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial su posición pacifista se refleja en la obra de esos años. Sus pinturas se llenan de demonios y de dragones como representación del mal que rodeaba a la Europa de esos años. La conocida como Gran Guerra supuso una interrupción del proceso de acumulación de capital humano, físico y social que vivía Gran Bretaña y otros países europeos que estaban viviendo sus propias revoluciones industriales. La pintura S.O.S (save ours souls) constituye un claro ejemplo del horror que la inspiraba la contienda y su denuncia particular ante esta tragedia.



S.O.S. Save ours souls. 1914


A finales del siglo XIX, en varios países, muy activamente en Gran Bretaña, una minoría de mujeres reclamaba el voto femenino. Se les denominaba “sufragistas” un término despectivo que buscaba desprestigiar ese movimiento. Evelyn de Morgan fue una de ellas. Y, cuando murió en el año 1919, tuvo el consuelo de haber sido testigo del éxito de aquella empresa. Las mujeres de Gran Bretaña obtuvieron el derecho al voto un año antes, en 1918. El progreso social era imparable y esta artista fue, no solo testigo, sino contribuidora. ¡Cuánto nos enseña el arte!