lunes, 31 de agosto de 2015

Lección de economía en el museo del Prado.


 A los doctores Cristina Alvárez-Escolá y Alberto Mata Juberías, del H.U. La Paz de Madrid. Todo mi agradecimiento. 

 
La economía es la ciencia que estudia cómo las sociedades emplean los recursos escasos para producir bienes del modo más eficiente, con una finalidad concreta: la mejora de las condiciones de vida de las personas. La actividad económica es compleja; intervienen millones de agentes (empresas, trabajadores, instituciones…), se producen infinidad de bienes y, acaso lo más importante, sus resultados deben traducirse en mejoras sustanciales para los ciudadanos. Por ello, abordar aspectos básicos en una única lección exige, necesariamente, un trabajo de síntesis. Ahora bien, hoy os propongo un reto mayor: hagamos la clase, aunque sea de manera metafórica, en el museo del Prado. Tres son los hilos conductores de esta peculiar visita: la estructura esencial de toda economía, el papel del mercado y el impacto de la esfera económica en la vida de los ciudadanos.
 
La estructura económica de cualquier país se configura por la capacidad productiva de sus sectores: primario (agricultura y ganadería), secundario (industria) y terciario (los servicios). La agricultura es la base principal de la economía, toda vez que facilita los medios para alimentar a la población. Su importancia ha ido variando en el tiempo, desde un modelo tradicional sin apenas avances tecnológicos y de autoconsumo, al actual sistema agrario más conectado con el resto de las ramas productivas y vinculado a los mercados internacionales.

Frente a las pinturas de San Baudelio, la Cacería de liebres y la Cacería del ciervo, nos encontramos con un sector agrario poco desarrollado.

Cacería de liebres. San Baudelio
Las imágenes representan una actividad agraria de subsistencia, generalmente para el propio consumo, con baja incorporación de progreso técnico y consecuentemente de bajos rendimientos. Ahora bien, tanto la ballesta como el estribo constituyeron innovaciones tecnológicas importantes.
 
La cacería del ciervo. Pinturas de San Baudelio

El creciente uso del hierro en la fabricación de herramientas para el atalaje de los animales de labor supuso un uso más eficiente de la fuerza animal y permitió mayores producciones agrarias. Así, las denominadas innovaciones medievales (collera, herradura, estribo…) jugaron un papel dinamizador de la economía en su conjunto. Por ejemplo, la introducción del estribo en la Europa de los siglos VII y VIII permitía una mayor estabilidad y permanencia del jinete sobre el caballo, lo que redundó de inmediato en mayor productividad tanto del cazador como del guerrero.
P. Rubens. Ceres y las dos ninfas.
 
El cuadro Ceres y dos ninfas de Peter Paul Rubens constituye una excelente representación de la agricultura. Ceres, la diosa romana identificada con la deidad griega Deméter, fue la encargada de enseñar las artes agrarias a los hombres. La palabra cereal, que se aplica a las plantas gramíneas cultivadas y a sus granos (trigo, cebada…), deriva de las fiestas que se hacían en honor de esta diosa. En la obra, Ceres mantiene con su mano izquierda dos mazorcas de maíz y con su mano derecha sostiene el cuerno de la abundancia que es rellenado por las ninfas con múltiples frutos. El ambiente se completa con dos pájaros que configuran una atmósfera de abundancia y variedad de productos; características ambas de los actuales modelos agrarios. Así, especialmente en los países más desarrollados, la diversidad de la oferta está garantizada por la importancia que adquieren los intercambios internacionales, por lo que, independientemente de la estacionalidad o de las condiciones productivas del país, se ofertan en nuestros mercados una diversidad de artículos desconocidos hace unas décadas.
 
Los procesos de transformación de materias primas en nuevos bienes, tanto intermedios como finales, mediante procedimientos físicos o químicos se conoce como industria. Su importancia en las economías es clave. Las ramas industriales son las piezas esenciales para el crecimiento económico. La alta consideración de la industria en la estructura económica de un país se justifica, entre otras razones, por la mayor capacidad para generar innovaciones en su interior, tanto de productos como de procesos, así como por su potencial para difundir innovaciones técnicas al resto del sistema. De hecho, se identifica industrialización con crecimiento y modernización de un país. El museo ofrece múltiples ejemplos para ilustrar este sector, aunque por la fuerza expresiva y la relevancia de los autores he seleccionado dos: Las Hilanderas de Velázquez y la Alegoría de la Industria de Goya.
 
D. Velázquez. Las Hilanderas.
 
La elaboración de tejidos está estrechamente relacionada con la vida del hombre, primero para cubrir sus necesidades básicas de abrigo y después como mecanismo de diferenciación. Los paños finos, las sedas y otros ricos tejidos constituyeron durante la época medieval la principal actividad artesanal de toda Europa y el núcleo principal de los objetos comerciables. En la obra de Velázquez la transformación de la lana queda en un primer plano. El empleo de ruecas, husos y devanadoras manuales ejemplifica el proceso de transformación de una materia prima (lana) en bienes de uso intermedio (hilos) empleando tecnologías sencillas. Hasta mediados del  siglo XVIII no tuvieron lugar una importante oleada de innovaciones, esencialmente en Inglaterra, que supusieron transformaciones económicas y sociales de magnitud antes desconocida. Este fenómeno se conoce como la Revolución Industrial y fue, entre otras, la industria textil una de las ramas económicas en las que primero se materializaron los cambios tecnológicos de mayor calado.
F. Goya. Alegoría de la industria.
 
 
Por su parte, el cuadro de Goya es un claro tributo a la obra de Velázquez, habiendo elegido un tema casi idéntico para elaborar su alegoría de la industria; encargo de Godoy como mecanismo justificativo de la voluntad ilustradora que guiaba su política.
                                       

Los servicios constituyen las actividades más importantes en las economías avanzadas. En España casi el setenta por ciento de la producción y del trabajo se deben a los servicios. El comercio y el turismo son ramas básicas, especialmente en una economía como la española en la que el turismo tiene un papel primordial (aproximadamente el diez por ciento del producto interior bruto). Algunos de los aspectos básicos de las ramas de servicios los repasaremos ante dos obras: Alegoría del comercio de Francisco de Goya y La Riva degli Schiavoni en Venecia de Martín Rico.
F. Goya. Alegoría del comercio.
En la pintura de Goya dos mercaderes, uno de ellos de marcado carácter oriental, repasan sus cuentas mientras los sacos de dinero y los fardos están bajo la mesa. Una cigüeña  acompaña al grupo; clara alegoría de valores como la confianza y lealtad, factores básicos en los intercambios comerciales.
 
La vista de Venecia en la obra de Martín Rico ilustra la importancia de esta ciudad como destino turístico mundial. A este respecto resulta de interés destacar los grandes cambios experimentados en la actividad turística durante el pasado siglo. Si hasta la segunda mitad del siglo XX, viajar era un privilegio de una minoría, hoy la característica más sobresaliente es la masificación.
Martín Rico.La Riva degli Schiavoni.
 

La moda, siempre atenta a los cambios, refleja con nitidez la transformación de la percepción social de un aspecto del turismo. Si en las primeras cinco décadas del siglo XX, en una sociedad mayoritariamente agraria, la piel blanca era el distintivo del descanso y disfrute del ocio, el modelo cambió radicalmente a partir de los años sesenta. Aunque en el París de entreguerras la innovadora Coco Chanel comenzó a valorar el bronceado como elemento distintivo de clase al tiempo que iba perdiendo su consideración de rasgo plebeyo, no fue hasta los años sesenta con el crecimiento de la clase media cuando se asiste al gran cambio de paradigma. Y hoy, casi siete décadas después, cada mes de agosto participamos en el rito de tomar el sol en playas atestadas hasta que la piel registra los efectos inequívocos de nuestro vacacionar.
Por otro lado, el abaratamiento del precio de los transportes, de las comunicaciones y, muy especialmente, el modelo económico dominante a partir de los años sesenta en el mundo desarrollado, con jornadas laborales más reducidas y las vacaciones pagadas, constituyen algunas de las razones explicativas del actual modelo turístico. Ya muy entrado el siglo XXI, la masificación de los viajes es tan significativa que pareciera que entre los objetivos del turismo actual no está el CONOCER sino el ESTAR, pero ésa es otra historia¡¡¡
 
 
La mayoría de las decisiones económicas se toman en los mercados; los mercados son los mecanismos mediante los cuales los compradores y los vendedores acuerdan precios y cantidades de bienes o servicios a intercambiar. A pesar de lo que se proclama en los libros, los mercados distan mucho de ser perfectos, en el sentido de que ajustan exactamente las decisiones de oferta y demanda, pero a lo largo del tiempo se han mostrado razonablemente eficaces como motor para el funcionamiento de los sistemas económicos.  Las obras Mercado de Joachim Beuckelaer y Rubens pintando la alegoría de la paz de Luca Giordano constituyen unas herramientas explicativas muy apropiadas para destacar algunos rasgos básicos.
 
J. Beuckelaer. Mercado
El cuadro de Beuckelaer, de mediados del siglo XVI, constituye una espléndida representación del mercado como lugar físico donde se ofrecen y se demandan diversos productos. No puede olvidarse que en esos momentos se vivía, especialmente en Europa, un dinamismo notable de los intercambios  entre el campo y las ciudades; fenómeno paralelo al crecimiento económico y urbanización experimentado por las sociedades europeas. Entre las zonas más urbanizadas de aquel período estaban Holanda y el norte de Italia, con tasas del 30 por ciento y 22 por ciento, respectivamente, de la población residiendo en ciudades de más de 50.000 habitantes. Por ello, las ciudades se configuraban como los espacios potenciadores de los intercambios, tanto con el campo más próximo, como con otras urbes, reforzando los lazos comerciales y facilitando la especialización regional. Esta obra nos brinda una imagen clara de los oferentes de productos básicos (leche, animales vivos…) y producto ya elaborados (pan, queso…), posiblemente procedentes del campo, ilustrando la realización de las operaciones de intercambio, con ajustes de precios y cantidades, entre quienes ahí aparecen y los demandantes, no presentes en la escena y seguramente habitantes de núcleos urbanos.
 



Luca Giordano. Rubens pintando la alegoría de la paz.
Por su parte el cuadro de Luca Giordano tiene un contenido más simbólico. Un tema mitológico en el que el dios de la guerra, Marte, es rechazado por su amante, Venus, sirve para representar las funestas consecuencias de la guerra y, por oposición, los efectos de la paz. El juego de opuestos, como el ruido ensordecedor de los cañones, característico de las contiendas, frente a la música del laúd o de panderetas que remiten al ambiente generado por la paz, facilitan la interpretación de las consecuencias negativas de la guerra sobre el comercio.

El mercado no está explícito en la obra, pero dos consideraciones inmediatas derivan de su contemplación. Por un lado, la inestabilidad generada por los conflictos tiene un efecto negativo sobre las operaciones económicas. A este respecto, resulta interesante, como ejemplo, el contexto de crecimiento económico e incremento del comercio mundial experimentado en las décadas posteriores de la Segunda Guerra Mundial, auspiciado por el clima de paz que se vivió en las economías desarrolladas. Por otro lado, el hecho de que instrumentos esenciales para la navegación, como el astrolabio y la esfera armilar, aparezcan tirados en una esquina puede interpretarse como la parálisis del comercio entre naciones; consecuencia de la suspensión de los transportes marítimos.

En otras palabras, un clima de certidumbre constituye una condición necesaria, aunque no suficiente, para el funcionamiento normal del mercado, como ese ámbito de intercambio entre oferentes y demandantes de bienes o servicios. Por ello, la guerra como expresión máxima de incertidumbre afecta negativamente a la vida económica de los países, generando un entorno de inestabilidad que frena los proyectos inversores y reduce los intercambios.

Como ya se dijo al principio, la finalidad última de la actividad económica es generar bienestar para las sociedades. La medición de este término no es asunto fácil. La ciencia económica ha ido aproximándose a su cálculo mediante múltiples indicadores. El producto interior bruto per cápita, resultado de dividir el valor total de los bienes y servicios producidos en un país entre su población, es el de más amplia utilización. Sin embargo no es una herramienta perfecta, por lo que los economistas han ido aproximándose a la medición del desarrollo mediante instrumentos complementarios como, por ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se integran aspectos relativos a la educación de la población o tener la posibilidad de gozar de una vida larga y saludable, entre otros, para aproximarse a la cuantificación del bienestar. Por todo lo anterior,  el impacto de la actividad económica en la vida de la población se explicará ante dos obras: El ciego de la guitarra de Francisco de Goya y El chiquillo sentado de Victor Manzano.

 

F. Goya. El ciego de la guitarra.
La pintura de Goya ilustra bien la supervivencia en una sociedad pobre. Un aguador, un vendedor de melones y un ciego cantor constituyen los personajes centrales. La figura del aguador, representada por un hombre negro, con la espalda doblada expresa el esfuerzo físico de su trabajo que no es otro que vender agua potable. El ciego, ante sus limitaciones físicas para trabajar en una economía basada en la fuerza corporal, emplea sus habilidades entreteniendo mediante el canto o el relato de historias, la mayoría de las veces con argumentos truculentos.

Los tres personajes centrales comparten oficios con ciertas similitudes: oferten directamente sus productos (melones o agua) o sus servicios (ocio) y precisan de constante movilidad en la búsqueda de sus respectivos demandantes. Por ello, la imagen es expresión de una economía de bajo nivel de desarrollo económico y social en la que no existe el menor atisbo de estado del bienestar. La oferta directa de agua potable supone la inexistencia de una infraestructura adecuada para el suministro de un bien básico como es el agua y la supervivencia vinculada a las limosnas indica la falta de mecanismos públicos de apoyo a los menos favorecidos.

Al tratarse una pintura del último cuarto del Siglo XVIII puede resultarnos un anacronismo en la actualidad, pero no puede olvidarse que una buena parte de la humanidad está, hoy día, por debajo de la línea de la pobreza, por lo que, con variantes, esta imagen podría encontrarse en un nutrido grupo de países que constituyen el denominado Tercer o incluso Cuarto mundo.
 
El cuadro de Victor Manzano es
V Manzano. El chiquillo sentado.
una de las pocas obras de temática no religiosa en la que un libro adquiere un papel protagonista. Un muchacho está con un libro abierto sobre sus piernas, reflejando acaso el movimiento de alfabetización de las clases populares defendido por la élite ilustrada del siglo XIX. No debe olvidarse que a mediados de ese siglo aproximadamente el 70 por ciento de la población española era analfabeta y únicamente un tercio de la sociedad  podía considerarse alfabetizada. Entre 1900 y 1913 se duplicó el presupuesto dedicado a instrucción pública, lo que explica la sensible reducción del analfabetismo que para el año 1910  alcanzaba la cifra del 51 por ciento. Estos datos ponen de manifiesto la pobre dotación de capital humano para la economía española; factor que condiciona el avance económico por cuanto dificulta la adopción de avances técnicos que facilitan el crecimiento económico.

En otras palabras, no es difícil comprender que la España de finales del Siglo XIX era un país atrasado, en relación a las naciones europeas que habían liderado la Revolución Industrial, por lo que no era casual que los niveles educativos de su población resultasen muy por debajo de los países avanzados. Así pues, la educación es una manifestación de las mejoras de la población, pero a su vez constituye una condición imprescindible para el crecimiento económico por su aporte directo a la productividad general del sistema, existiendo entre ambas variables un círculo virtuoso.

Por todo ello, tal como siempre defendieron las élites ilustradas, la educación es un arma cargada de futuro, tanto por el enriquecimiento personal para los individuos como por su contribución positiva al avance económico que habrá de traducirse, necesariamente, en mejoras para toda la sociedad. Y, llegados a este punto, hoy aplacemos la reflexión sobre una de las preocupaciones más importantes en la España actual y recorramos las salas del Prado gozando con sus obras. Nos hablan de tantas cosas¡¡¡