viernes, 27 de noviembre de 2015

DOS HORAS EN EL PALACIO DEL INFANTADO

Deleitarse con lo cercano

 

Si Eugenio D’Ors en su libro Tres horas en el museo del Prado invitaba a los lectores a seleccionar pocas obras de la pinacoteca y contemplarlas con lentitud, evitando recorridos exhaustivos en los que se pretende abarcar el todo, yo, salvando las distancias propongo hacer algo similar en el Palacio del Infantado, aunque mi rango temporal es inferior. Guadalajara dista de Madrid unos 50 kilómetros y, sin embargo, confieso que nunca me había detenido allí con el sosiego que requiere el disfrute de su oferta turística; comportamiento que tal vez es similar al de otros miles de madrileños o viajeros que no tienen a la ciudad de Guadalajara entre sus destinos preferentes. Este otoño, por motivos familiares, he tenido que ir en múltiples ocasiones. Disponía de tiempo libre y me dediqué a recorrer la ciudad pausadamente. No tardé en verme recompensada. Entre los desmanes del crecimiento desordenado de las últimas décadas se esconden huellas de un pasado con brillo propio, como el Palacio del Infantado objeto de esta entrada, o el Panteón de la Duquesa de Sevillano por ejemplo, u otra más reciente, como el museo del artista internacional Francisco Sobrino; visitas que requieren su tiempo.

El emblema de la ciudad es el Palacio del Infantado. Allí se encuentra el museo provincial y, pensando más en conocer las estancias palaciegas que en el contenido museístico saqué mi entrada. De inmediato me olvidé de palacios y grandes de España y quedé apresada en el propio museo. No es muy grande; no tiene obras de arte universales pero es muy didáctico y el título que articula el contenido “Tránsitos” me cautivó.
Partiendo de los significados de la palabra tránsito y esencialmente con la consideración de camino y las diferentes etapas por los que pasa el hombre, como ser individual y social, en la vida terrenal y su búsqueda de eternidad, se configuran los cuatro espacios del museo: Vida, Muerte, Espacios Sagrados y El Cielo en la Tierra. En suma, se nos plantean argumentos universales para el ser humano. El hilo conductor tiene un carácter muy antropológico y las piezas que lo integran son de campos tan diversos como la etnografía (aperos agrarios…), arqueología (objetos de excavaciones…) o bellas artes (pintura, escultura…).
 
Ya desde el comienzo, con el eje vertebrador de la exposición, comencé a pensar acerca del progresivo aumento de la esperanza de vida en España. Como se recoge en el cuadro 1, si en el año 1900 la vida media de los españoles era de 35 años, en la primera década del siglo XXI la ganancia de vida era de 47 años, estableciéndose la edad media de los españoles en 83 años. Los factores explicativos de esta evolución se deben, en apretada síntesis, a dos factores. Por un lado, al control de las enfermedades como la bronquitis, el sarampión, la gripe… que junto a los avances en la higiene y en la alimentación permitieron reducir de manera considerable las altas tasas de mortalidad infantil en las primeras décadas del siglo XX. Por otro, las mejoras en las coberturas sanitarias en el último cuarto del pasado siglo están permitiendo una reducción de la mortalidad en el segmento de población de mayor edad.

 Tabla 1.- Esperanza de vida al nacer en España: evolución.

 
1900
1930
1998
2012
Número de años
35
50
79
82
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.

Este incremento en la cantidad de años que viviría un recién nacido en España si los patrones de mortalidad no cambian a lo largo de su vida, explican que nuestro país se sitúe en el puesto número 7 entre los 144 países para los que existe información. Tal como se indica en la tabla 2, dos países asiáticos encabezan la lista de las sociedades más longevas del mundo y los valores de España le colocan en el grupo de cabeza. Aquí, como en otros campos, el nivel de desarrollo determina los valores de esta variable. Así, un ciudadano africano de Sierra Leona, el país peor situado, tiene una esperanza de vida media de 38 años menos que uno nacido en Hong Kong.

 Tabla 2.- España en el contexto internacional: la esperanza de vida en 2013.

Puesto
País
Esperanza Vida
1
Hong Kong
83,5
2
Japón
83,1
3
Italia
82,9
4
Islandia
82,9
5
Suiza
82,7
6
Francia
82,6
7
España
82,4
 
 
 
143
Botswana
47,0
144
Sierra Leona
45,3

Fuente: The Global Competitiveness Report. 2014-2015

Moledera de granos (1250-1000 aC)
En las salas dedicadas a la VIDA se revisa la importancia para la supervivencia de las fuentes económicas básicas (agricultura y ganadería)  y nos anima a reflexionar sobre los cambios experimentados hoy día. En este sentido, aquellas actividades de caza y pesca que facilitaban el alimento en los tiempos pretéritos constituyen hoy objeto de ocio y esparcimiento. Asimismo, los objetos mostrados nos explican cómo a medida que los avances fueron permitiendo excedentes alimenticios, una parte de la población pudo dedicarse a las producciones artesanales.
 
 
 
Pesas de telar de la época romana (I-II dC)
El desarrollo de la metalurgia, los textiles o la cerámica facilitaron un instrumental que sirvió, en un primer momento, para cubrir las necesidades básicas del hombre, tanto las alimenticias porque hacían más eficientes las producciones agrarias (rejas, arados…), como las del vestido o los utensilios para el hogar, por ejemplo cántaras o candiles. Ahora bien, ya desde tiempos remotos se emplearon diferentes objetos que sirvieran para evidenciar la pertenencia a una clase social diferente. La demostración de riqueza como manifestación del poder se encuentra, tanto en la exhibición de joyas, de ricas vestiduras, de construcciones diferenciadas (palacios, iglesias…) como en aquellos productos relativos a la decoración.
 


Luisa Roldán. Virgen niña con San Joaquín y Santa Ana.
Una mención especial a las obras de arte que adornaron palacios o conventos merecen los trabajos de Luisa Roldán, la Roldana: Virgen niña con San Joaquín y Santa Ana y Los primeros pasos de Jesús niño. Esta artista nacida en Sevilla a mediados del siglo XVII aprende con su padre el oficio y llega a la corte de Madrid buscando trabajo. Fue nombrada escultora de cámara en el reinado de Carlos II y de Felipe V.  La delicadeza de estas dos piezas en terracota, el tratamiento de las escenas religiosas como si de interiores familiares se tratara son argumentos sobrados para garantizar el deleite del espectador.
 
Luisa Roldán: los primeros pasos de Jesús niño.
La representación de la Virgen niña y de Jesús dando sus primeros pasos, me hizo recordar uno de los grandes problemas de la demografía actual en España: la caída de la natalidad. Según los datos oficiales (tabla 3), España es uno de los tres países de la Unión Europea con menor número de hijos. Esta baja natalidad, unida a la elevada esperanza de vida, a la que me refería al comienzo, constituyen uno de los riesgos más importantes para el crecimiento en el medio y largo plazo de la sociedad española.
Tabla 3.- Número medio de hijos por mujer. Año 2012

Francia
Suecia
Finlandia
España
Polonia
Portugal
2.01
1,91
1,80
1,32
1,30
1,28
Fuente: Ine. España en Cifras 2014.

 
Losa sepulcral de caballero en alabastro (S. XV)
Dejando aparte las amenazas demográficas futuras y volviendo al eje conductor del museo, las salas dedicadas a la MUERTE nos ilustran con objetos relativos a los diferentes sistemas de creencias que el hombre ha desarrollado para afrontar el final de la vida, buscando dignificar el tránsito y alentando la búsqueda de una vida mejor. Las prácticas para preparar los cadáveres o los tipos de enterramientos nos dan una información valiosa acerca de la organización y sistemas de valores de una sociedad. Por ello, los ajuares encontrados en las tumbas o los monumentos funerarios que buscan esquivar el olvido constituyen materiales didácticos de primer orden y, en muchos casos, objetos de belleza indiscutible.
Las últimas secciones ESPACIOS SAGRADOS y EL CIELO EN LA TIERRA están relacionados con las obras del hombre para atraer a la divinidad, buscando crear entornos adecuados para comunicarse con Dios. Todas las religiones utilizan estos espacios para la celebración de ritos y ceremonias con el objetivo final de conectar con ese poder superior y rogarle por el bien de la comunidad o del creyente. Asimismo, la búsqueda del hombre por contactar con la Divinidad ha dado lugar a iconografías muy ricas en las que se pretende mostrar el potencial de la bondad para la conexión con el Ser Superior. Un conjunto de piezas interesantes configuran estas salas; representaciones iconográficas de la Virgen (merece detenerse en la obra de Alonso Cano, La Virgen de la leche), de los santos  (el Éxtasis de Santa Teresa de Carreño de Miranda) y la diversidad de objetos litúrgicos ilustran con claridad el interés del hombre por las experiencias trascendentales.



El patio del palacio, al que se llega desde la última sala, deslumbra por su magnificencia. Y, como broche final, las pinturas de los techos y obras de arte que albergan los salones. Todo ello permite hacerse una idea del poder ligado al linaje de los Mendoza, quienes convirtieron este palacio en una pequeña corte e hicieron de su estirpe y de esta ciudad referencias que traspasaron las fronteras nacionales. En este punto, sin poder evitarlo, comencé a pensar en las élites actuales, pero… ¡ las dos horas ya hacía rato que habían pasado ¡