La
economía es la ciencia que estudia cómo las sociedades emplean los recursos
escasos para producir bienes del modo más eficiente, con una finalidad
concreta: la mejora de las condiciones de vida de las personas. La actividad
económica es compleja; intervienen millones de agentes (empresas, trabajadores,
instituciones…), se producen infinidad de bienes y, acaso lo más importante, sus
resultados deben traducirse en mejoras sustanciales para los ciudadanos. Por ello,
abordar aspectos básicos en una única lección exige, necesariamente, un trabajo
de síntesis. Ahora bien, hoy os propongo un reto mayor: hagamos la clase, aunque
sea de manera metafórica, en el museo del Prado. Tres son los hilos conductores
de esta peculiar visita: la estructura esencial de toda economía, el papel del
mercado y el impacto de la esfera económica en la vida de los ciudadanos.
La
estructura económica de cualquier país se configura por la capacidad productiva
de sus sectores: primario (agricultura y ganadería), secundario (industria) y
terciario (los servicios). La agricultura es la base principal de la economía,
toda vez que facilita los medios para alimentar a la población. Su importancia
ha ido variando en el tiempo, desde un modelo tradicional sin apenas avances
tecnológicos y de autoconsumo, al actual sistema agrario más conectado con el resto
de las ramas productivas y vinculado a los mercados internacionales.
Frente a las pinturas de San Baudelio,la Cacería de liebres y la Cacería del ciervo, nos encontramos con un sector
agrario poco desarrollado.
Frente a las pinturas de San Baudelio,
Cacería de liebres. San Baudelio |
Las imágenes representan una actividad agraria de subsistencia,
generalmente para el propio consumo, con baja incorporación de progreso técnico
y consecuentemente de bajos rendimientos. Ahora bien, tanto la ballesta como el
estribo constituyeron innovaciones tecnológicas importantes.
El creciente uso
del hierro en la fabricación de herramientas para el atalaje de los animales de
labor supuso un uso más eficiente de la fuerza animal y permitió mayores producciones
agrarias. Así, las denominadas innovaciones medievales (collera, herradura,
estribo…) jugaron un papel dinamizador de la economía en su conjunto. Por
ejemplo, la introducción del estribo en la Europa de los siglos VII y VIII permitía una
mayor estabilidad y permanencia del jinete sobre el caballo, lo que redundó de
inmediato en mayor productividad tanto del cazador como del guerrero.
P. Rubens. Ceres y las dos ninfas. |
El
cuadro Ceres y dos ninfas de Peter Paul
Rubens constituye una excelente representación de la agricultura. Ceres, la
diosa romana identificada con la deidad griega Deméter, fue la encargada de
enseñar las artes agrarias a los hombres. La palabra cereal, que se aplica a
las plantas gramíneas cultivadas y a sus granos (trigo, cebada…), deriva de las
fiestas que se hacían en honor de esta diosa. En la obra, Ceres mantiene con su
mano izquierda dos mazorcas de maíz y con su mano derecha sostiene el cuerno de
la abundancia que es rellenado por las ninfas con múltiples frutos. El ambiente
se completa con dos pájaros que configuran una atmósfera de abundancia y variedad
de productos; características ambas de los actuales modelos agrarios. Así,
especialmente en los países más desarrollados, la diversidad de la oferta está
garantizada por la importancia que adquieren los intercambios internacionales,
por lo que, independientemente de la estacionalidad o de las condiciones
productivas del país, se ofertan en nuestros mercados una diversidad de
artículos desconocidos hace unas décadas.
D. Velázquez. Las Hilanderas. |
La elaboración de tejidos está estrechamente relacionada con la vida del
hombre, primero para cubrir sus necesidades básicas de abrigo y después como
mecanismo de diferenciación. Los paños finos, las sedas y otros ricos tejidos constituyeron
durante la época medieval la principal actividad artesanal de toda Europa y el
núcleo principal de los objetos comerciables. En la obra de Velázquez la
transformación de la lana queda en un primer plano. El empleo de ruecas, husos
y devanadoras manuales ejemplifica el proceso de transformación de una materia
prima (lana) en bienes de uso intermedio (hilos) empleando tecnologías sencillas.
Hasta mediados del siglo XVIII no
tuvieron lugar una importante oleada de innovaciones, esencialmente en
Inglaterra, que supusieron transformaciones económicas y sociales de magnitud
antes desconocida. Este fenómeno se conoce como la Revolución Industrial
y fue, entre otras, la industria textil una de las ramas económicas en las que
primero se materializaron los cambios tecnológicos de mayor calado.
F. Goya. Alegoría de la industria. |
Por su
parte, el cuadro de Goya es un claro tributo a la obra de Velázquez, habiendo
elegido un tema casi idéntico para elaborar su alegoría de la industria;
encargo de Godoy como mecanismo justificativo de la voluntad ilustradora que
guiaba su política.
Los servicios constituyen las actividades más importantes en las economías avanzadas. En España casi el setenta por ciento de la producción y del trabajo se deben a los servicios. El comercio y el turismo son ramas básicas, especialmente en una economía como la española en la que el turismo tiene un papel primordial (aproximadamente el diez por ciento del producto interior bruto). Algunos de los aspectos básicos de las ramas de servicios los repasaremos ante dos obras: Alegoría del comercio de Francisco de Goya y
En
la pintura de Goya dos mercaderes, uno de ellos de marcado carácter oriental,
repasan sus cuentas mientras los sacos de dinero y los fardos están bajo la
mesa. Una cigüeña acompaña al grupo;
clara alegoría de valores como la confianza y lealtad, factores básicos en los
intercambios comerciales.
La vista de Venecia en la obra de Martín Rico ilustra
la importancia de esta ciudad como destino turístico mundial. A este respecto
resulta de interés destacar los grandes cambios experimentados en la actividad
turística durante el pasado siglo. Si hasta la segunda mitad del siglo XX, viajar
era un privilegio de una minoría, hoy la característica más sobresaliente es la
masificación.
La moda, siempre atenta a los cambios, refleja con nitidez la transformación de la percepción social de un aspecto del turismo. Si en las primeras cinco décadas del siglo XX, en una sociedad mayoritariamente agraria, la piel blanca era el distintivo del descanso y disfrute del ocio, el modelo cambió radicalmente a partir de los años sesenta. Aunque en el París de entreguerras la innovadora Coco Chanel comenzó a valorar el bronceado como elemento distintivo de clase al tiempo que iba perdiendo su consideración de rasgo plebeyo, no fue hasta los años sesenta con el crecimiento de la clase media cuando se asiste al gran cambio de paradigma. Y hoy, casi siete décadas después, cada mes de agosto participamos en el rito de tomar el sol en playas atestadas hasta que la piel registra los efectos inequívocos de nuestro vacacionar.
Por
otro lado, el abaratamiento del precio de los transportes, de las
comunicaciones y, muy especialmente, el modelo económico dominante a partir de
los años sesenta en el mundo desarrollado, con jornadas laborales más reducidas
y las vacaciones pagadas, constituyen algunas de las razones explicativas del
actual modelo turístico. Ya muy entrado el siglo XXI, la masificación de los
viajes es tan significativa que pareciera que entre los objetivos del turismo
actual no está el CONOCER sino el ESTAR, pero ésa es otra historia¡¡¡
J. Beuckelaer. Mercado |
El
cuadro de Beuckelaer, de mediados del siglo XVI, constituye una espléndida
representación del mercado como lugar físico donde se ofrecen y se demandan
diversos productos. No puede olvidarse que en esos momentos se vivía,
especialmente en Europa, un dinamismo notable de los intercambios entre el campo y las ciudades; fenómeno
paralelo al crecimiento económico y urbanización experimentado por las
sociedades europeas. Entre las zonas más urbanizadas de aquel período estaban
Holanda y el norte de Italia, con tasas del 30 por ciento y 22 por ciento,
respectivamente, de la población residiendo en ciudades de más de 50.000
habitantes. Por ello, las ciudades se configuraban como los espacios
potenciadores de los intercambios, tanto con el campo más próximo, como con
otras urbes, reforzando los lazos comerciales y facilitando la especialización
regional. Esta obra nos brinda una imagen clara de los oferentes de productos
básicos (leche, animales vivos…) y producto ya elaborados (pan, queso…),
posiblemente procedentes del campo, ilustrando la realización de las
operaciones de intercambio, con ajustes de precios y cantidades, entre quienes
ahí aparecen y los demandantes, no presentes en la escena y seguramente
habitantes de núcleos urbanos.
Por
su parte el cuadro de Luca Giordano tiene un contenido más simbólico. Un tema
mitológico en el que el dios de la guerra, Marte, es rechazado por su amante,
Venus, sirve para representar las funestas consecuencias de la guerra y, por
oposición, los efectos de la paz. El juego de opuestos, como el ruido
ensordecedor de los cañones, característico de las contiendas, frente a la
música del laúd o de panderetas que remiten al ambiente generado por la paz, facilitan
la interpretación de las consecuencias negativas de la guerra sobre el comercio.
El mercado no está explícito en la obra, pero dos consideraciones inmediatas
derivan de su contemplación. Por un lado, la inestabilidad generada por los
conflictos tiene un efecto negativo sobre las operaciones económicas. A este
respecto, resulta interesante, como ejemplo, el contexto de crecimiento
económico e incremento del comercio mundial experimentado en las décadas
posteriores de la
Segunda Guerra Mundial, auspiciado por el clima de paz que se
vivió en las economías desarrolladas. Por otro lado, el hecho de que
instrumentos esenciales para la navegación, como el astrolabio y la esfera
armilar, aparezcan tirados en una esquina puede interpretarse como la parálisis
del comercio entre naciones; consecuencia de la suspensión de los transportes
marítimos.
En otras palabras, un clima de certidumbre constituye una condición
necesaria, aunque no suficiente, para el funcionamiento normal del mercado,
como ese ámbito de intercambio entre oferentes y demandantes de bienes o
servicios. Por ello, la guerra como expresión máxima de incertidumbre afecta
negativamente a la vida económica de los países, generando un entorno de
inestabilidad que frena los proyectos inversores y reduce los intercambios.
Como ya se dijo al principio, la finalidad última de la actividad económica es generar bienestar para las sociedades. La medición de este término no es asunto fácil. La ciencia económica ha ido aproximándose a su cálculo mediante múltiples indicadores. El producto interior bruto per cápita, resultado de dividir el valor total de los bienes y servicios producidos en un país entre su población, es el de más amplia utilización. Sin embargo no es una herramienta perfecta, por lo que los economistas han ido aproximándose a la medición del desarrollo mediante instrumentos complementarios como, por ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se integran aspectos relativos a la educación de la población o tener la posibilidad de gozar de una vida larga y saludable, entre otros, para aproximarse a la cuantificación del bienestar. Por todo lo anterior, el impacto de la actividad económica en la vida de la población se explicará ante dos obras: El ciego de la guitarra de Francisco de Goya y El chiquillo sentado de Victor Manzano.
F. Goya. El ciego de la guitarra. |
La pintura de Goya ilustra bien la supervivencia en una sociedad pobre. Un
aguador, un vendedor de melones y un ciego cantor constituyen los personajes
centrales. La figura del aguador, representada por un hombre negro, con la
espalda doblada expresa el esfuerzo físico de su trabajo que no es otro que vender
agua potable. El ciego, ante sus limitaciones físicas para trabajar en una
economía basada en la fuerza corporal, emplea sus habilidades entreteniendo mediante el canto o el relato de historias, la mayoría de las
veces con argumentos truculentos.
Los tres personajes centrales comparten
oficios con ciertas similitudes: oferten directamente sus productos (melones o
agua) o sus servicios (ocio) y precisan de constante movilidad en la
búsqueda de sus respectivos demandantes. Por ello, la imagen es expresión de
una economía de bajo nivel de desarrollo económico y social en la que no existe
el menor atisbo de estado del bienestar. La oferta directa de agua potable
supone la inexistencia de una infraestructura adecuada para el suministro de un
bien básico como es el agua y la supervivencia vinculada a las limosnas indica
la falta de mecanismos públicos de apoyo a los menos favorecidos.
Al tratarse
una pintura del último cuarto del Siglo XVIII puede resultarnos un anacronismo
en la actualidad, pero no puede olvidarse que una buena parte de la humanidad
está, hoy día, por debajo de la línea de la pobreza, por lo que, con variantes,
esta imagen podría encontrarse en un nutrido grupo de países que constituyen el
denominado Tercer o incluso Cuarto mundo.
El cuadro de Victor Manzano es
una de las pocas obras de temática no religiosa en
la que un libro adquiere un papel protagonista. Un muchacho está con un libro abierto sobre sus piernas, reflejando acaso el movimiento de alfabetización de las clases
populares defendido por la élite ilustrada del siglo XIX. No debe olvidarse que
a mediados de ese siglo aproximadamente el 70 por ciento de la población
española era analfabeta y únicamente un tercio de la sociedad podía considerarse alfabetizada. Entre 1900 y
1913 se duplicó el presupuesto dedicado a instrucción pública, lo que explica
la sensible reducción del analfabetismo que para el año 1910 alcanzaba la cifra del 51 por ciento. Estos
datos ponen de manifiesto la pobre dotación de capital humano para la economía
española; factor que condiciona el avance económico por cuanto dificulta la
adopción de avances técnicos que facilitan el crecimiento económico.
V Manzano. El chiquillo sentado. |
En
otras palabras, no es difícil comprender que la España de finales del Siglo
XIX era un país atrasado, en relación a las naciones europeas que habían
liderado la Revolución Industrial ,
por lo que no era casual que los niveles educativos de su población resultasen
muy por debajo de los países avanzados. Así pues, la educación es una
manifestación de las mejoras de la población, pero a su vez constituye una
condición imprescindible para el crecimiento económico por su aporte directo a
la productividad general del sistema, existiendo entre ambas variables un
círculo virtuoso.
Por todo ello, tal como siempre defendieron las élites ilustradas, la educación es un arma cargada de futuro, tanto por el enriquecimiento personal para los individuos como por su contribución positiva al avance económico que habrá de traducirse, necesariamente, en mejoras para toda la sociedad. Y, llegados a este punto, hoy aplacemos la reflexión sobre una de las preocupaciones más importantes en la España actual y recorramos las salas del Prado gozando con sus obras. Nos hablan de tantas cosas¡¡¡
Por todo ello, tal como siempre defendieron las élites ilustradas, la educación es un arma cargada de futuro, tanto por el enriquecimiento personal para los individuos como por su contribución positiva al avance económico que habrá de traducirse, necesariamente, en mejoras para toda la sociedad. Y, llegados a este punto, hoy aplacemos la reflexión sobre una de las preocupaciones más importantes en la España actual y recorramos las salas del Prado gozando con sus obras. Nos hablan de tantas cosas¡¡¡
Que amena me resulta la lección de hoy por tu capacidad de transmitir el mensaje que de una realidad económica proyecta los cuadros analizados.
ResponderEliminarQue amena me resulta la lección de hoy por tu capacidad de transmitir el mensaje que de una realidad económica proyecta los cuadros analizados.
ResponderEliminarGracias Concha. Tu comentario es un buen impulso para seguir con esta aventura.
ResponderEliminar¡Qué buena clase Montse! Haciendo la economía fácil, pedagógica, entendible para los legos. Eso es lo que queríamos los de MEPI que no éramos economistas, ¿recuerdas? Gracias. Sigue educándonos
EliminarGracias a ti, Mario. Ya sabes que mis ex-compañeros de academia piensan que este modo de explicar y/o aplicar la economía es poco riguroso. Ahora, lo científico gira en la órbita de los modelos matemáticos, a ser posible muy sofisticados y, en mi opinión, se está abandonando la auténtica labor del economista: ayudar a los ciudadanos para mejorar su calidad de vida. Personalmente, en este momento de mi vida, me dedico a lo que realmente me gusta y escribo sobre lo que me apasiona. Si además, amigos como tú lo encontráis interesante, es una magnífica recompensa.
ResponderEliminarY, sí claro que recuerdo los tiempos de nuestros estudios de economía y política internacional. !Aquellos profesores y alumnos múltiples países con ganas de cambiar el mundo¡ A buena parte de nosotros, fue el mundo el que nos cambió.
Excelente lección Montse, sigo siendo tu fan numero uno. Un beso grande
ResponderEliminarMe alegra saber que encuentras interesantes mis reflexiones. Gracias por tu apoyo.
EliminarGracias Montse por aportarnos otra gran lección de economía y hacernos pensar un buen rato sobre ello. Me quedo especialmente con la idea de que la educación es el gran pilar de la economía así como la violencia su mayor desastre. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias amigos por participar con vuestros comentarios. Como siempre, termino con el asunto de la educación que tan importante me parece para el progreso de una sociedad.
ResponderEliminarLi este teu texto, de que guardo, apenas, uma ténue ideia, num hiato entre umas cobardes cólicas renais. Dessa época ficou-me, para além das inclementes dores, a memória de umas pulseiritas cor de laranja que, no hospital, te outorgam o estatuto, bem sofrido, de prioritário. Posto isto - o que lá vai, lá vai – li, de novo, ontem, a tua lição e não posso deixar de repetir o que há algum tempo te disse: que afortunados e felizes serão os teus alunos! Pela minha parte, acho admirável a “maneira metafórica” como, com um olhar-fino por algumas obras do museu do Prado, nos dás uma incomum lição sobre a economia. Para mim, sobram dois efeitos: se por um lado as tuas aulas me enriquecem, por outro fazem emergir algumas das minhas lacunas. Estou certo de que estas serão, de algum modo, colmatadas por aquelas.
ResponderEliminar¡ Cuánto echaba de menos tus comentarios, Mario João¡ Me alegro mucho de tu participación. Ya sabes que representas la presencia internacional en el blog. GRACIAS. Recuerda que el arte tiene un efecto sanador; no cura la enfermedad, pero alivia las heridas del alma.
ResponderEliminarCon que facilidad se entiende esta explicación sobre algunos aspectos de la economía, que pedagógica es! Y que adecuados y actuales los cuadros elegidos.
ResponderEliminarGracias Montse
Muchas gracias Rosa. ¡Cuánto me alegra que te parezcan interesantes mis reflexiones¡. Además, agradezco mucho tu participación. El hecho de que una persona que conoce tan bien El Prado como tú valore positivamente mi explicación es un buen premio.
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