miércoles, 13 de mayo de 2015

Visita al museo Reina Sofía (III). El largo camino de la posguerra.


La oscura travesía

 

A Luis Bañuelos Fernández y a todos esos alumnos que me enseñaron a “estudiar la economía y la sociedad en los museos” empleando sus propias palabras.

 

En el año 1939, al terminar la Guerra Civil, España  era un país devastado. El cuadro que Salvador Dalí pintó en el año 1939, El enigma de Hitler, es un instrumento muy adecuado para ilustrar alguno de los rasgos más sobresalientes de la larga posguerra. No se trata de indagar en las referencias dalinianas, tarea propia de especialistas en arte, sino de emplear el contenido de la obra como mecanismo interpretativo de una etapa histórica.
Salvador Dalí: el enigma de Hitler. 1939. MNCARS

El triunfo del ejército de Franco configuró un régimen político que duró hasta su muerte en el año 1975. Se edificó un nuevo estado con un gobierno militar y apoyado en tres pilares básicos: el Ejército, la Iglesia y la Falange, con una ideología oficial basada en el anticomunismo y un aparato institucional construido a partir de intensos procesos de depuración de funcionarios públicos (maestros, profesores, jueces…). La fotografía de Hitler es el hilo conductor que nos recuerda el tiempo de dictaduras en la Europa de finales de la década de los treinta. En España, Italia y Alemania se habían consolidado sistemas autoritarios y la dictadura comunista de Stalin gozaba de un poder creciente.

Ese teléfono cortado se convierte en el signo del aislamiento exterior del régimen de Franco; situación que se mantuvo hasta finales de los años 50. De hecho, España no fue admitida en la ONU (creada en 1948) hasta 1956 y no perteneció al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (creados en 1944) hasta 1958 cuando la diplomacia de Estados Unidos optó por apoyar al régimen de Franco con el objetivo último de incluirlo en su estrategia geopolítica de guerra fría con el comunismo. Por ello, como tan bien nos recordó Luis Berlanga en su película Bienvenido Mr. Marshall (exhibida en la actualidad en la planta cuarta del museo),  España quedó excluida de los efectos impulsores de la nueva política económica norteamericana en la Europa del final de la Segunda Guerra Mundial.

La libertad desaparece; me atrevería a sostener que la misma palabra quedó borrada durante años del vocabulario español. La sociedad española vivió sumergida en un clima de guerra a lo largo de toda la década de los cuarenta. De hecho, el estado de guerra que la Junta de Defensa había decretado a finales de julio de 1936 no se levantó hasta el 7 de abril de 1948.  La movilidad de los ciudadanos queda regulada, no solo las salidas al extranjero precisaban un permiso especial, sino los desplazamientos internos necesitaban una autorización previa, el denominado salvoconducto.

A nadie puede sorprender que la libertad creativa quedara sometida a los criterios estéticos del régimen. El espíritu cultural del momento se nutría de la exaltación nacionalista y la defensa de la tradición como valor artístico. La vanguardia fraguada en los años previos queda liquidada y el ímpetu renovador fue interrumpido. El arte oficial era de tipo conmemorativo; fueron los tiempos del  Valle de los Caídos o el Arco del Triunfo de Moncloa en Madrid, por citar algunas referencias.  Buena parte de los artistas se exiliaron e incluso los que quedaron aquí, como puede verse en la obra de Benjamín Palencia reorientaron su trabajo hacia un estilo más conservador.

La libertad económica también se restringe. Se limitaba la libre creación de empresas existiendo una legislación ordenancista que exigía la autorización previa para abrir un negocio, con el consiguiente bloqueo de las capacidades emprendedoras. No es de extrañar que el Estado, a través del creado Instituto Nacional de Industria, fuera casi el único agente empresarial ante la falta de iniciativa privada.
Museo del Paloteo. San Pedro de Gaíllos. Segovia
La política económica era de corte intervencionista. Se instaura el control de las producciones y por extensión el racionamiento para la compra de los productos básicos (aceite, azúcar, harina…) mediante las cartillas de racionamiento que perduraron hasta bien entrada la década de los cincuenta. Aquí no puedo evitar citar a mi abuelo Gregorio quien conservó su cartilla toda su vida; estaba convencido de que tendría que volver a utilizarla en cualquier momento. La economía experimentó un profundo estancamiento. Las bases industriales estaban deshechas, sólo una agricultura no modernizada y poco productiva sostenía a la población. La sequía del año 1945 provocó unas malas cosechas. La falta de infraestructuras impidió el abastecimiento de unas zonas hacia otras  y el comercio internacional estaba bloqueado por la situación de aislamiento político. El resultado fue una  extensión de la pobreza, hasta el punto que ese año recibe la dolorosa denominación del año del hambre.

La renta media de los españoles cayó como consecuencia del crecimiento negativo que se produjo desde 1935 hasta 1950. La mayor parte de la población vivía en la pobreza. En 1959 el nivel de vida en España era comparable al de Gran Bretaña en 1872 o al de Francia de 1912. Por ello, las cinco judías en el plato, aunque puede interpretarse como una referencia a la situación de los judíos en Alemania, constituye todo un símbolo de carestía en esos años de mercado negro (el famoso estraperlo). La rama rota, la presencia del murciélago, el paisaje oscuro y sombrío son una buena metáfora del período oscurantista. Una barca alejándose y el niño que parece agitar un pañuelo de despedida evocan el exilio. La lágrima y el paraguas colgado pueden observarse como símbolos de la desolación y del dolor originados por el enfrentamiento.

Antoni Tàpies. Gato y Pirámides 1948. MNCARS

Al hilo de todo lo anterior, el cuadro de Antoni Tàpies me trae los ecos del férreo control social y político existente en la España de esos años. Se trata de una obra que, como se afirma en la sala 405 donde se expone, representó una nueva savia  en la recuperación de las vanguardias del primer franquismo.  La pirámide como arquitectura funeraria y ese animal que nos mira desafiante con unas orejas que recuerdan los cuernos del diablo, único pasajero de la noche, evocan el vacío de la muerte y el manto de luto que cubrió a la sociedad española durante tanto tiempo. Esa España en blanco y negro que tanto tardó en desaparecer, tal vez hasta muy entrada la década de los sesenta, cuando se produjeron los cambios de rumbo en la política gubernamental (Plan de Estabilización…) y el crecimiento económico consolidó una clase media que vertebró la sociedad española.

La historia descrita nos queda lejos, afortunadamente; parece una referencia a la vida de las cavernas del país, pero debería recordarse algo más. El pueblo que desconoce e ignora su historia está condenado a tropezar en la misma piedra una y otra vez. Y, en el actual contexto, el deterioro de la educación pública, entre otras cosas, está originando una erosión de las clases medias. En la España de hoy el clientelismo, principalmente el político, ha sustituido a la meritocracia; el rendimiento por el esfuerzo personal es inferior al obtenido por la proximidad al poder. Los efectos no se perciben de inmediato, pero a medio y largo plazo una sociedad que infravalora la formación, el mejor vehículo para impulsar la movilidad social, verá crecer las desigualdades. El desarrollo de un país está estrechamente relacionado con la reducción de la brecha social y la responsabilidad de las élites es elevada, aunque las de aquí parecen desconocer que tienen un papel social más allá del papel cuché.

 

 

 

 

 

 

 

 

17 comentarios:

  1. He leído tus artículos, y solo decirte, "sigue escribiendo"

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    1. Gracias Lola. La aventura me está aportando mucho. Seguiré...

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  2. Muy interesante la descripción sosocioeconomic de esa parte de nuestra historia, me ha gustado mucho.

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    1. Gracias Gregorio. La familia en España cumple funciones esenciales, tanto sirviendo de colchón en las situaciones de elevado desempleo como animando en proyectos poco convencionales.

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  3. Estupendo y muy oportuno. Como siempre es un placer leerte. Felicidades Montse.

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  4. Exhaustivo análisis y profundización de una época Montse; me interesa El enigma de Hitler porque es una pieza que siempre llamó mi atención precisamente por éso, por enigmática, como me suele pasar con Dalí desde niña. Pero como siempre pasa, nunca sabemos lo suficiente de todo lo que hay detrás de una obra...
    Parece que es interesante ver la pelicula La dama de oro, me viene a la cabeza por cierto... Gracias!

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    1. Todas las obras encierran múltiples historias, seguramente tantas como espectadores las contemplan. Esa es la grandeza del arte. Tú lo sabes bien que trabajas desde la fotografía.
      Tomo nota de la película. Gracias.

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  5. Tu presentación me parece muy interesante y profunda. Es verdad que no debemos olvidar la historia, pues encierra claves que nos han marcado y de las que siempre podemos aprender algo y actuar en consecuencia.
    Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias a vosotros. Vuestros comentarios me animan a proseguir.

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  6. À volta de dois quadros (El enigma de Hitler: Dali e Gato y Pirámides: Tàpies), que, guiados pela tua sábia mão, vamos, ao longo do texto, aprendo a interpretar, transportas-nos para os anos negros da ditadura. Falas-nos do isolacionismo, da supressão das liberdades - de expressão, criativa, económica… -, da fome, da desolação, da dor, do obscurantismo!!! Ao ler-te, não pude deixar de pensar que, mutatis mutantis, estavas, também, a referir-te a este outro lado da fronteira. A península terá sido vítima de alguma maldição?
    Montse, deixa-me dizer-te, por fim, que aprecio muito o teu estilo literário, o ritmo solto do teu fraseado e, vê lá, até a melancolia que, sinto, anda escondida pelos teus textos.
    Esses teus alunos são gente de sorte, de muita sorte!

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  7. Gracias Mario João. Eres muy generoso conmigo. Me alegra comprobar que una obra de arte sirve para interpretar una realidad histórica con una dimensión más amplia. Me ha parecido estupendo que al leer mi reflexión te haya recordado las similitudes con el caso portugués. No creo en las maldiciones, pero el entorno institucional de los países determina su evolución económica y consecuentemente social. Por eso yo insisto tanto, entre otras cosas, en el comportamiento de las élites y en el esfuerzo por generar capital humano. No me abandones... Eres mi eco en Portugal. Muito obrigada¡¡¡

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    1. Apercebi-me, quando li a tua resposta, que no meu texto há o tempo de um verbo errado que retira, de algum modo, sentido à frase. Peço, por favor, que onde se lê “…vamos, ao longo do texto, aprendo a interpretar…” se substitua aprendo por aprendendo.
      Gracias por tus palavras!

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  8. Querida Monse, aunque hasta hoy no he leido " Visita al museo Reina Sofía (III) " te puedo asegurar que me produce una sensación de tristeza el contenido porque expresa una realidad tan cercana. Pero me encanta leerlos por la sensibilidad y el acierto que pones en tus palabras. Espero el siguiente relato¡¡¡

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  9. Hola Montse!
    Como siempre un auténtico placer leerte.

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