De lo global a lo íntimo
En las paredes del Casón del Buen Retiro,
situado en las proximidades del museo del Prado de Madrid, existe la siguiente
cita: “Todo lo que no es tradición es plagio”. En verdad no se trata de frenar
la innovación o la creatividad, sino de recordarnos que nuestros pies se posan
en las huellas de otros, de los que van por delante, y que nuestras pisadas van
trazando caminos para aquéllos que nos siguen. Bajo este enfoque planteo esta
entrada. Mi primera invitada es Cecilia Paredes, una artista cosmopolita, que al
hilo de su exposición en el espacio de Tabacalera de Madrid, me brindó sus
reflexiones acerca del arte de aquellas mujeres que han sido un referente para
ella.
El manto. Foto Ale Castellote |
No se trata de verse reflejada miméticamente en
la trayectoria de aquellas artistas que Cecilia Paredes considera relevantes
para su trabajo. Las obras de Louise Bourgeois, de Kiki Smith o de Cristina Iglesias, por citar una tríada de
mujeres artistas, constituyen un
estímulo para su creación. A ella le gusta plantear esta herencia como un
caleidoscopio inspirador donde su obra
encuentra algún reflejo. No se crea en el vacío; no se parte de cero y
esas artistas que Cecilia admira fueron y han sido capaces de abrir nuevas
puertas, de superar el miedo a los convencionalismos y, por encima de todo, de
demostrar que no hay fronteras para la creatividad.
Louise Bourgeois afirmaba “La relación de una
persona con su entorno es una preocupación constante. Dicha relación puede ser
fortuita o estrecha; simple o compleja; sutil o rotunda. Puede ser dolorosa o
agradable. Pero sobre todo, puede ser real o imaginaria. Ésta es la base de la
que nace toda mi obra. Los problemas de la realización son secundarios; sólo se
plantean después y es posible solucionarlos”. En esa vinculación con el
entorno es dónde se integran buena parte de las piezas que Cecilia Paredes
nos ofrece en la exposición de Madrid, que tiene un título poético: Oyendo con
los ojos.
Quetzalcóatl. Foto Ale Castellote |
Cecilia Paredes es, en sentido literal, una
mujer globalizada. Su origen peruano, su etapa formativa en Inglaterra y su
residencia en Estados Unidos, le otorgan
una alta capacidad perceptiva ante realidades tan diferentes en apariencia,
aunque muy similares en la esencia del ser humano. La sensibilidad de la
artista ante la violencia que tiene lugar en sociedades muy distintas impresiona
al visitante. Ahí está su pieza Quetzalcoatl para recordarnos las
desapariciones de estudiantes en México en el otoño del 2014; una violencia
institucional con bordes políticos que un gobierno es incapaz de reducir.
Por
el contrario, en Plegaria se expresa el
desgarro íntimo de una madre ante el dolor provocado por sus hijos en el contexto
de una sociedad avanzada. La congoja por sus propios hijos, por las víctimas
directas y por sus familias conmueve al
espectador al contemplar a esa mujer sin cabeza, que camina abrumada bajo el
peso de la amargura, con ese vestido que lleva tejidos los nombres de víctimas
y asesinos como una pesada carga, mientras las proyecciones constantes de esos
nombres parecen no darle tregua.
Las corrientes migratorias como realidad de
nuestro tiempo no le son ajenas a Cecilia Paredes. Ella, en su trabajo Migración
nos ofrece un documento elocuente de estos fenómenos. Desde siempre el hombre se
ha desplazado en busca de nuevas oportunidades. Lo relevante de la situación
actual es el tamaño que adquieren los flujos migratorios. Bien es cierto que la
población mundial ha experimentado un enorme crecimiento y que por lo tanto las
cifras de los desplazados son muy elevadas; dependiendo de las fuentes
empleadas, casi 1.000 millones de personas viven en lugares diferentes a sus
localidades de nacimiento. De esa cifra la mayoría (740 millones) corresponden
a movimientos en el interior de los países, pero 250 millones de personas
configuran el flujo de emigración internacional (de unos países hacia otros).
Lo más extendido es el flujo que tiene lugar
desde los países más pobres hacia los de mayores ingresos, sin embargo, en las
últimas décadas casi el 40 por 100 de las migraciones se da entre países
con bajos ingresos. La mayoría de los
desplazamientos, tanto los internos como los internacionales, se dirige hacia zonas urbanas. Además de los destinos tradicionales de emigración
como las ciudades norteamericanas (Nueva York, Los Ángeles…), o europeas
(París, Londres…) en la geografía de los flujos migratorios se observan cambios
asociados a la evolución de la economía mundial. Las ciudades de países en
plena expansión económica en Asia Oriental, Africa Meridional, Brasil y la zona
occidental de la India están siendo focos de atracción importante de la
emigración internacional. A título indicativo, en el Cuadro 1 se refleja el
peso de la población extranjera de algunas ciudades.
Cuadro 1.- Porcentaje de población nacida en el
extranjero
Ciudad
|
Porcentaje extranjeros
|
Dubai
|
83
|
Bruselas
|
62
|
Toronto
|
46
|
Sydney
|
39
|
Los Angeles
|
39
|
Londres
|
37
|
París
|
25
|
Chicago
|
21
|
Madrid
|
20
|
Fuente: Informe sobre las migraciones en el
mundo. 2015
Y, Cecilia Paredes va más allá de este fenómeno
social o económico y nos adentra en el espacio íntimo de los que deciden
abandonar su lugar de nacimiento y emigrar. En los textos que configuran el
suelo de las barcas, la artista ha ido hilvanando retazos de los sueños, de las
penurias y de las emociones que llenan el alma de los seres humanos
involucrados en la aventura de la emigración. Si el espectador se detiene, esas
frases inacabadas expresan las razones por las cuales una persona decide
emigrar y los riesgos que esa decisión implica.
La Culpa. Foto Ale Castellote. |
El eco de Kiki Smith en la obra de Cecilia
Paredes lo encontré en la pieza La Culpa. Ese hombre suspendido, gravitando en
el espacio y con los brazos distendidos que busca desaparecer, me hizo recordar
los cuerpos de Kiki Smith que, modelados en diferentes materiales, elevan su intimidad
hasta el espectador para hacerle partícipe de sus más profundos sentimientos.
De nuevo aquí la artista nos habla de dolor, pero de carácter individual; el
hombre flota en un abismo de insensibilidad ante los males ocasionados.
El eco íntimo del ser humano se nos muestra en El
río que fluye dentro. Esa cortina suspendida del techo nos hace recordar,
mientras caminamos a su lado, momentos de nuestra vida. La felicidad se nos
aparece en los destellos de luz en los pequeños cristales; las penas y los
sufrimientos quedan anclados a nuestro espíritu como las cuentas de vidrio al
hilo que las sustenta. Y, todo ello configura nuestra andadura por el mundo. Otra
faceta intimista y trascendental en la vida del hombre se nos muestra en El
Deseo.
El Deseo. Foto Ale Castellote |
Esas frases tejiendo un óvalo de gran dimensión sintetizan las plegarias
de los seres humanos que pueden encontrarse en muchos lugares de culto. El hombre,
enfrentado a los grandes retos y problemas en su existencia, consciente de su
limitación, busca el apoyo de los dioses a quienes implora su protección. Así
pues, Cecilia Paredes nos conduce hacia lo sagrado, tanto desde una perspectiva
cultural en las organizaciones sociales
como desde un enfoque de trascendencia para el hombre.
La intersección entre lo social y lo privado se
manifiesta en Habitación. Esos paneles trenzados con hilos de cobre - un guiño
a las celosías de Cristina Iglesias – nos remiten a la importancia de este
mineral para un país como Perú. No podemos olvidar que Perú, lugar de
nacimiento de la artista, se encuentra entre los grandes productores de cobre
del mundo (Cuadro 2).
Cuadro 2.- Los mayores productores mundiales de
cobre. 2015
País
|
%
|
Chile
|
31
|
China
|
8
|
Perú
|
7
|
Total 3 primeros
|
46
|
De hecho, históricamente ha ocupado la segunda
posición, después de Chile, y sólo en los dos últimos años ha descendido hasta
el tercer puesto después del gran crecimiento de la minería en China. La
relevancia de este producto para la economía peruana es evidente. Sin embargo,
Cecilia Paredes, partiendo de esa evidencia, quiere hacernos recordar las
penurias en las que se desenvuelve la extracción del mineral; condiciones de
extrema dureza que afectan especialmente a las clases indígenas más desfavorecidas.
Ahora bien, esa nota social no empaña el
carácter íntimo que trasciende al pasear entre la obra. De inmediato nos
retrotraemos a la calidez de nuestro hogar, como refugio ante las agresiones externas;
de nuevo, un sentimiento atávico que ya desde las cavernas experimentó el ser
humano.
La exposición no se agota en las obras aquí
comentadas. El visitante puede elegir varios caminos para contemplar la, tan
llena de matices, obra de Cecilia Paredes en Madrid. Desde una contemplación
general en la que se ofrecen claves interesantes para reflexionar sobre el
mundo actual, a una vía más espiritual en la que se enfrentará a cuestiones
ancestrales de la naturaleza humana. Por supuesto, podrá transitar por los
caminos ortodoxos del arte donde analizar cuestiones estéticas y principios
creativos. Willian Shakespeare en el Mercader de Venecia hace decir a un
personaje “Todas las cosas de este mundo se persiguen con más ardor que se
gozan”. Yo, admitiendo esta filosofía animo a gozar la obra de Cecilia Paredes, pero lentamente,
dejando que sea el alma el encargado de paladear cada bocado. No habrá hueco
para la frustración; nadie será el mismo al salir de la exposición.
qué maravilla!!! te doy las gracias por mostrar tu sensibilidad con esta entrada dedicada una de las artistas actuales más interesantes. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Concha. La obra de Cecilia Paredes no se agota en un solo recorrido y, a pesar de su complejidad, resulta muy disfrutable para todas las personas con mínima sensibilidad. Por ello me animé a esta entrada, para empujar a mis lectores a acercarse al arte más de nuestros días.
EliminarFantástico y más que interesante ... una vez más nos motivas gracias a tu profundización a visitar y conocer artistas, bravo Montse.
ResponderEliminarMuchas gracias Carolina. Como respondía en la entrada anterior, la obra de Cecilia me fascinó y mi artículo busca impulsar a mis amigos lectores a conocer ese trabajo. ¡Ya imaginó cuánto te ha gustado la exposición!
EliminarEstos días estoy dando vueltas con Stefan Zweig a lo que él titula "el Misterio de la creación artística" y la obra de Cecilia Paredes y tus comentarios de tesis, ahondan en esta cuestión. Sin duda es extraordinario comprobar, de nuevo, como el arte puede reflejar problemas humanos universales e intemporales. Todo lo plantea es actual pero sin duda el tema de la emigración y el exilio son candentes.
ResponderEliminar¡¡¡ Vaya como has empezado el año!!!
¡ Bienvenida al blog ! Estoy encantada de que te hayas animado a participar en abierto. Muchas gracias por tu participación. Por cierto, ¿ por qué no nos recomiendas el libro de Stefan Zweig?. Y, sí, lo hemos discutido mil veces, el arte es una herramienta espléndida para reflejar el alma humana y, por extensión, la sociedad de su tiempo. Cuento contigo.
EliminarQué interesante y bien contado, cada vez encuentras más un estilo propio. un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Romina. Me alegra que hayas encontrado la entrada interesante. En lo que se refiere al "estilo propio" me falta aún mucho recorrido. Confío en que el año nuevo me brinde oportunidades para seguir trabajando.
EliminarBravo Montse, una buena forma de iniciar este nuevo año 2016, nos estimulas a una mirada profunda y enriquecedora.
ResponderEliminarGracias. Clara
¡ Qué bonito comentario, Clara ! Muchas gracias.
EliminarUna vez más GRACIAS Montse por ayudarnos a gozar con la belleza enriqueciendo nuestro conocimiento y animándonos a mirar en profundidad y con apertura.
ResponderEliminarNo son respuestas que escribo desde la cortesía, sino desde la sinceridad.Gracias a vosotros por leerme. Es el seguimiento de mis lectores el que da sentido a mi trabajo.
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