sábado, 2 de enero de 2016

CHARLAS CON ARTISTAS: Cecilia Paredes



De lo global a lo íntimo
 

En las paredes del Casón del Buen Retiro, situado en las proximidades del museo del Prado de Madrid, existe la siguiente cita: “Todo lo que no es tradición es plagio”. En verdad no se trata de frenar la innovación o la creatividad, sino de recordarnos que nuestros pies se posan en las huellas de otros, de los que van por delante, y que nuestras pisadas van trazando caminos para aquéllos que nos siguen. Bajo este enfoque planteo esta entrada. Mi primera invitada es Cecilia Paredes, una artista cosmopolita, que al hilo de su exposición en el espacio de Tabacalera de Madrid, me brindó sus reflexiones acerca del arte de aquellas mujeres que han sido un referente para ella.
 
El manto. Foto Ale Castellote
No se trata de verse reflejada miméticamente en la trayectoria de aquellas artistas que Cecilia Paredes considera relevantes para su trabajo. Las obras de Louise Bourgeois, de Kiki Smith o  de Cristina Iglesias, por citar una tríada de mujeres artistas,  constituyen un estímulo para su creación. A ella le gusta plantear esta herencia como un caleidoscopio inspirador donde su obra  encuentra algún reflejo. No se crea en el vacío; no se parte de cero y esas artistas que Cecilia admira fueron y han sido capaces de abrir nuevas puertas, de superar el miedo a los convencionalismos y, por encima de todo, de demostrar que no hay fronteras para la creatividad.
Louise Bourgeois afirmaba “La relación de una persona con su entorno es una preocupación constante. Dicha relación puede ser fortuita o estrecha; simple o compleja; sutil o rotunda. Puede ser dolorosa o agradable. Pero sobre todo, puede ser real o imaginaria. Ésta es la base de la que nace toda mi obra. Los problemas de la realización son secundarios; sólo se plantean después y es posible solucionarlos”. En esa vinculación con el entorno es dónde se integran buena parte de las piezas que Cecilia Paredes nos ofrece en la exposición de Madrid, que tiene un título poético: Oyendo con los ojos.
 
Quetzalcóatl. Foto Ale Castellote


Cecilia Paredes es, en sentido literal, una mujer globalizada. Su origen peruano, su etapa formativa en Inglaterra y su residencia en Estados Unidos,  le otorgan una alta capacidad perceptiva ante realidades tan diferentes en apariencia, aunque muy similares en la esencia del ser humano. La sensibilidad de la artista ante la violencia que tiene lugar en sociedades muy distintas impresiona al visitante. Ahí está su pieza Quetzalcoatl para recordarnos las desapariciones de estudiantes en México en el otoño del 2014; una violencia institucional con bordes políticos que un gobierno es incapaz de reducir.
Plegaria. Foto Ale Castellote
 
Por el contrario, en  Plegaria se expresa el desgarro íntimo de una madre ante el dolor provocado por sus hijos en el contexto de una sociedad avanzada. La congoja por sus propios hijos, por las víctimas directas y por sus familias  conmueve al espectador al contemplar a esa mujer sin cabeza, que camina abrumada bajo el peso de la amargura, con ese vestido que lleva tejidos los nombres de víctimas y asesinos como una pesada carga, mientras las proyecciones constantes de esos nombres parecen no darle tregua.
Las corrientes migratorias como realidad de nuestro tiempo no le son ajenas a Cecilia Paredes. Ella, en su trabajo Migración nos ofrece un documento elocuente de estos fenómenos. Desde siempre el hombre se ha desplazado en busca de nuevas oportunidades. Lo relevante de la situación actual es el tamaño que adquieren los flujos migratorios. Bien es cierto que la población mundial ha experimentado un enorme crecimiento y que por lo tanto las cifras de los desplazados son muy elevadas; dependiendo de las fuentes empleadas, casi 1.000 millones de personas viven en lugares diferentes a sus localidades de nacimiento. De esa cifra la mayoría (740 millones) corresponden a movimientos en el interior de los países, pero 250 millones de personas configuran el flujo de emigración internacional (de unos países hacia otros).

Lo más extendido es el flujo que tiene lugar desde los países más pobres hacia los de mayores ingresos, sin embargo, en las últimas décadas casi el 40 por 100 de las migraciones se da entre países con bajos ingresos.  La mayoría de los desplazamientos, tanto los internos como los internacionales, se dirige hacia zonas urbanas. Además de los destinos tradicionales de emigración como las ciudades norteamericanas (Nueva York, Los Ángeles…), o europeas (París, Londres…) en la geografía de los flujos migratorios se observan cambios asociados a la evolución de la economía mundial. Las ciudades de países en plena expansión económica en Asia Oriental, Africa Meridional, Brasil y la zona occidental de la India están siendo focos de atracción importante de la emigración internacional. A título indicativo, en el Cuadro 1 se refleja el peso de la población extranjera de algunas ciudades.
Cuadro 1.- Porcentaje de población nacida en el extranjero



Ciudad

Porcentaje extranjeros

Dubai

83

Bruselas

62

Toronto

46

Sydney

39

Los Angeles

39

Londres

37

París

25

Chicago

21

Madrid

20

Fuente: Informe sobre las migraciones en el mundo. 2015

Y, Cecilia Paredes va más allá de este fenómeno social o económico y nos adentra en el espacio íntimo de los que deciden abandonar su lugar de nacimiento y emigrar. En los textos que configuran el suelo de las barcas, la artista ha ido hilvanando retazos de los sueños, de las penurias y de las emociones que llenan el alma de los seres humanos involucrados en la aventura de la emigración. Si el espectador se detiene, esas frases inacabadas expresan las razones por las cuales una persona decide emigrar y los riesgos que esa decisión implica.


La Culpa. Foto Ale Castellote.

El eco de Kiki Smith en la obra de Cecilia Paredes lo encontré en la pieza La Culpa. Ese hombre suspendido, gravitando en el espacio y con los brazos distendidos que busca desaparecer, me hizo recordar los cuerpos de Kiki Smith que, modelados en diferentes materiales, elevan su intimidad hasta el espectador para hacerle partícipe de sus más profundos sentimientos. De nuevo aquí la artista nos habla de dolor, pero de carácter individual; el hombre flota en un abismo de insensibilidad ante los males ocasionados.  
El eco íntimo del ser humano se nos muestra en El río que fluye dentro. Esa cortina suspendida del techo nos hace recordar, mientras caminamos a su lado, momentos de nuestra vida. La felicidad se nos aparece en los destellos de luz en los pequeños cristales; las penas y los sufrimientos quedan anclados a nuestro espíritu como las cuentas de vidrio al hilo que las sustenta. Y, todo ello configura nuestra andadura por el mundo. Otra faceta intimista y trascendental en la vida del hombre se nos muestra en El Deseo.

 

El Deseo. Foto Ale Castellote

Esas frases tejiendo un óvalo de gran dimensión sintetizan las plegarias de los seres humanos que pueden encontrarse en muchos lugares de culto. El hombre, enfrentado a los grandes retos y problemas en su existencia, consciente de su limitación, busca el apoyo de los dioses a quienes implora su protección. Así pues, Cecilia Paredes nos conduce hacia lo sagrado, tanto desde una perspectiva cultural  en las organizaciones sociales como desde un enfoque de trascendencia para el hombre.
La intersección entre lo social y lo privado se manifiesta en Habitación. Esos paneles trenzados con hilos de cobre - un guiño a las celosías de Cristina Iglesias – nos remiten a la importancia de este mineral para un país como Perú. No podemos olvidar que Perú, lugar de nacimiento de la artista, se encuentra entre los grandes productores de cobre del mundo (Cuadro 2).
Cuadro 2.- Los mayores productores mundiales de cobre. 2015



País

%

Chile

31

China

8

Perú

7

Total 3 primeros

46

 

De hecho, históricamente ha ocupado la segunda posición, después de Chile, y sólo en los dos últimos años ha descendido hasta el tercer puesto después del gran crecimiento de la minería en China. La relevancia de este producto para la economía peruana es evidente. Sin embargo, Cecilia Paredes, partiendo de esa evidencia, quiere hacernos recordar las penurias en las que se desenvuelve la extracción del mineral; condiciones de extrema dureza que afectan especialmente a las clases indígenas más desfavorecidas.  Ahora bien, esa nota social no empaña el carácter íntimo que trasciende al pasear entre la obra. De inmediato nos retrotraemos a la calidez de nuestro hogar, como refugio ante las agresiones externas; de nuevo, un sentimiento atávico que ya desde las cavernas experimentó el ser humano.  
La exposición no se agota en las obras aquí comentadas. El visitante puede elegir varios caminos para contemplar la, tan llena de matices, obra de Cecilia Paredes en Madrid. Desde una contemplación general en la que se ofrecen claves interesantes para reflexionar sobre el mundo actual, a una vía más espiritual en la que se enfrentará a cuestiones ancestrales de la naturaleza humana. Por supuesto, podrá transitar por los caminos ortodoxos del arte donde analizar cuestiones estéticas y principios creativos. Willian Shakespeare en el Mercader de Venecia hace decir a un personaje “Todas las cosas de este mundo se persiguen con más ardor que se gozan”. Yo, admitiendo esta filosofía animo a gozar  la obra de Cecilia Paredes, pero lentamente, dejando que sea el alma el encargado de paladear cada bocado. No habrá hueco para la frustración; nadie será el mismo al salir de la exposición.

13 comentarios:

  1. qué maravilla!!! te doy las gracias por mostrar tu sensibilidad con esta entrada dedicada una de las artistas actuales más interesantes. Un abrazo

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    1. Muchas gracias Concha. La obra de Cecilia Paredes no se agota en un solo recorrido y, a pesar de su complejidad, resulta muy disfrutable para todas las personas con mínima sensibilidad. Por ello me animé a esta entrada, para empujar a mis lectores a acercarse al arte más de nuestros días.

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  2. Fantástico y más que interesante ... una vez más nos motivas gracias a tu profundización a visitar y conocer artistas, bravo Montse.

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    1. Muchas gracias Carolina. Como respondía en la entrada anterior, la obra de Cecilia me fascinó y mi artículo busca impulsar a mis amigos lectores a conocer ese trabajo. ¡Ya imaginó cuánto te ha gustado la exposición!

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  3. Estos días estoy dando vueltas con Stefan Zweig a lo que él titula "el Misterio de la creación artística" y la obra de Cecilia Paredes y tus comentarios de tesis, ahondan en esta cuestión. Sin duda es extraordinario comprobar, de nuevo, como el arte puede reflejar problemas humanos universales e intemporales. Todo lo plantea es actual pero sin duda el tema de la emigración y el exilio son candentes.
    ¡¡¡ Vaya como has empezado el año!!!

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    1. ¡ Bienvenida al blog ! Estoy encantada de que te hayas animado a participar en abierto. Muchas gracias por tu participación. Por cierto, ¿ por qué no nos recomiendas el libro de Stefan Zweig?. Y, sí, lo hemos discutido mil veces, el arte es una herramienta espléndida para reflejar el alma humana y, por extensión, la sociedad de su tiempo. Cuento contigo.

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  4. Qué interesante y bien contado, cada vez encuentras más un estilo propio. un beso

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    1. Muchas gracias Romina. Me alegra que hayas encontrado la entrada interesante. En lo que se refiere al "estilo propio" me falta aún mucho recorrido. Confío en que el año nuevo me brinde oportunidades para seguir trabajando.

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  5. Bravo Montse, una buena forma de iniciar este nuevo año 2016, nos estimulas a una mirada profunda y enriquecedora.
    Gracias. Clara

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  6. Una vez más GRACIAS Montse por ayudarnos a gozar con la belleza enriqueciendo nuestro conocimiento y animándonos a mirar en profundidad y con apertura.

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  7. No son respuestas que escribo desde la cortesía, sino desde la sinceridad.Gracias a vosotros por leerme. Es el seguimiento de mis lectores el que da sentido a mi trabajo.

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