lunes, 16 de marzo de 2015

Goya en Madrid: claves para analizar la actualidad española.

Riña en la Venta Nueva

La exposición sobre los cartones de Goya que presenta el museo del Prado sirve de base para una reflexión muy personal sobre la economía y la sociedad española actual. El recorrido por las distintas secciones en las que se ha organizado la muestra me conduce, casi sin darme cuenta, a noticias de la España de hoy. Esos primeros cuadros relativos a la caza, donde el pintor inmortalizó al rey Carlos III con su escopeta, su perro y el fondo de la sierra madrileña me hizo recordar, casi de inmediato, cómo la actividad cinegética hoy sigue siendo el entretenimiento de monarcas,  aristócratas y burgueses, ya no como preparación para la guerra y alivio de la hipocondría, sino como pago de favores o tejido de redes sociales desde las cuales obtener beneficios económicos. La prensa del último año nos ha mostrado imágenes tanto del Rey de España en una cacería en África, justificada como la aceptación de un regalo y cumplimiento de obligaciones de representación, como la de un presidente de Bankia, cuya gestión empresarial ha sido desastrosa para la entidad, posando ufano, éste último, entre colmillos de elefantes.
 
La obra titulada Riña de gatos me  remite al actual enfrentamiento en la escena política y las batallas internas en los partidos. Esas luchas, tan arraigadas en el tejido político español, manifiestan el olvido de nuestros representantes de sus compromisos con la sociedad a la que representan, dejando en evidencia su interés por el corto plazo; su objetivo es la victoria electoral de la que tantos réditos económicos se derivan para ellos y para sus allegados. Ahora bien, si la pugna política es importante entre partidos resulta mucho más intensa en el interior de los mismos, especialmente cuando están en la oposición y hay menos prebendas para repartir. Sin embargo, los personalismos y las batallas internas no son privativas de la clase política, también en el seno de instituciones académicas o culturales, por citar algunas, desencadenan enfrentamientos cainitas, aunque pocos de ellos llegan a la sociedad a través de los medios de comunicación.
 
Muy actuales resultan las obras agrupadas bajo la denominación Divertimentos. Los personajes de Los Jugadores de Naipes expresan con sus gestos el apoyo y la admiración hacia el estafador quien, con métodos nada ortodoxos, consigue la riqueza de manera rápida. También en La riña en la Venta Nueva el motivo del juego de cartas desencadena una pelea en la que no se duda en la utilización de las manos, los palos o las piedras para resolver el contencioso. En la España de hoy el juego sigue teniendo un papel esencial. Baste recordar que en la actualidad el dinero dedicado al juego y apuestas es muy superior al presupuesto destinado a innovación. Por lo tanto, no sorprende el impacto mediático de la lotería nacional, especialmente la navideña, cuando cada 22 de diciembre se convierte en la noticia más repetida a lo largo de dos días. La sociedad española otorga al azar,  al menos, tanta importancia como al trabajo para la obtención de riqueza.
Los jugadores de naipes.
Goya nos muestra la transmisión de valores desde las clases aristocráticas hacia el pueblo manifestada, entre otros aspectos, en las diversiones.  La popularización del juego de pelota observado en el cuadro del mismo título nos remite a la vigencia de deportes que, como el golf o el esquí, otrora tuvieron una consideración de exclusividad. Por su parte, la aristocracia también juega a imitar al pueblo en la vestimenta o en ciertos divertimentos, como refleja el magnífico cuadro de La gallina ciega. Ese comportamiento de tono populista también lo encontramos hoy cuando representantes de los estratos más elevados de la sociedad aparecen en lugares públicos, bien asistiendo a espectáculos de corte popular o defendiendo la comida más humilde. Incluso existe un restaurante muy afamado en Madrid cuyo plato estrella, huevos con patatas, es la atracción de nacionales y extranjeros; las preferencias gastronómicas del anterior monarca no son ajenas al auge del local.
 
Las costumbres compartidas entre las clases sociales se plasman en la obra La pradera de San Isidro. La comida, la bebida y el baile constituyen las manifestaciones de ocio y diversión tanto del pueblo como de las clases altas. La festividad del patrón de Madrid es celebrada por todos, de igual manera, aunque separados en el espacio físico y con ciertos matices diferenciales, por ejemplo el uso de las sombrillas empleadas por las mujeres aristocráticas para defenderse del sol. Tampoco hoy en España la clase dirigente ofrece una inclinación mayor hacia actividades intelectuales en sus diversiones por lo que resulta habitual, especialmente en los veranos, observar que tanto unos como otros prefieren el mar para destino de sus vacaciones. El bronceado perfecto es el objetivo; unos lo logran en las arenas atestadas de las playas, los otros lo obtienen en las cubiertas de yates unos cientos de metros más lejos.
 El ciego de la guitarra.
Me detendré en dos cuadros: El resguardo de tabacos y El ciego de la guitarra que, inevitablemente, tienen un alto contenido económico actual. En el primero unos guardias luchan contra el contrabando de tabacos, evitando así que los impuestos por el comercio de este producto escapen a las arcas del Estado. En la época de Goya los guardas del tabaco estaban a cargo de vigilar los caminos para impedir que los contrabandistas desarrollasen su negocio y las arcas públicas perdieran los ingresos derivados de su comercio. No debe olvidarse que en ese momento, las rentas del monopolio del tabaco constituían una partida esencial de los ingresos públicos, aproximadamente el 15 por 100 del total. En la actualidad, los impuestos  del tabaco representan menos del 5 por 100 de los ingresos fiscales, sin embargo en la economía española existe una importante economía sumergida que detrae una cantidad importante de recursos para el buen funcionamiento del sector público. El tráfico de drogas o las actividades de corrupción que tanto espacio ocupan en las noticas son manifestaciones actuales de aquel contrabando de tabacos.
 
La segunda de las obras nos remite a la búsqueda de recursos en una sociedad atrasada. Una persona con limitaciones físicas, la ceguera, tenía dificultades para trabajar en un modelo económico basado en el trabajo corporal, por ello emplea toda su agudeza para ganarse la vida cantando y narrando por los pueblos y ciudades historias, generalmente truculentas, a cambio de una limosna. Asimismo, la figura del aguador (obsérvese que se trata de un negro) con la espalda doblada por el esfuerzo de acarrear y vender el agua potable expresa la necesidad de subsistir en una economía de escaso desarrollo. En la actualidad estas formas de ganarse la vida han desaparecido, aunque en nuestras ciudades vemos cada día cómo inmigrantes africanos sobreviven con las ventas callejeras o cómo las altas tasas de desempleo en España han llevado a ciudadanos a rebuscar en los contenedores tanto comida como  cartones, metales o cualquier producto que pueda tener demanda.
 
La falta de un Estado del Bienestar en las sociedades atrasadas me llevó a reflexionar sobre los problemas en la sanidad pública española que evidencian la erosión de uno de sus pilares cruciales (el otro es la educación). La degradación de la sanidad pública es oculta y está instalada en el deterioro continuo ante la pasividad de los políticos por lo que salvar esta columna vertebral del desarrollo del país es una exigencia moral; planteamiento defendido no solo por los profesionales o pacientes, sino por filósofas de la talla de Victoria Camps o Adela Cortina entre otros.
 
La consideración del matrimonio de conveniencia, un asunto muy debatido en la época de Goya por los ilustrados, está presente en La boda. Los matrimonios entre desiguales como mecanismo de ascenso social han sido mucho más generalizados en el pasado que en la actualidad. Lo relevante en el contexto social español es que, ante el deterioro de la educación y la práctica desaparición de la meritocracia, la movilidad social queda muy trabada ampliándose la brecha en la desigualdad social. Por ello, resulta sorprendente que en los últimos años en las casas reales europeas, incluida la española, hayan tenido lugar matrimonios con cónyuges de distinta procedencia social. El fenómeno ha sido calificado como democratización de la realeza, aunque puede interpretarse también como el empleo del matrimonio para hacer perdurar la institución, dándole un barniz popular en el siglo XXI, cuando ya pocos osan defender el nacimiento como fuente de privilegios.
 
Muchas son las obras que integran esta exposición temporal y no es el objetivo de estas líneas repasar todas y cada una de ellas. La genialidad técnica de Goya está suficientemente destacada por los expertos. El placer derivado de la contemplación de los trabajos de este artista está asegurado y justifica una visita al museo del Prado en cualquier momento donde se exhibe buena parte de su producción. Esta reflexión tiene otro objetivo: animar al visitante a utilizar el arte como instrumento de análisis.  El deleite está servido y se aprende haciendo…                                             
 

11 comentarios:

  1. Magnífico texto, sin bien sobre España, también universal.

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  2. Hola Montse, excelente entrada, me gusta como hablas de la España de ahora con referencias del pasado del magnífico Fco de Goya, un abrazo.

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  3. ¡Hola, Montse!
    Me gusta mucho como relacionas la sociedad actual con el arte, en este caso con cuadros de Goya. Espero con ansia el siguiente :)

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  4. Gracias Dori. Espero no defraudarte. Confío en que participes activamente.

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  5. Enhorabuena Montse. Una gran iniciativa hacer un blog con esa idea tuya de utilizar el arte para estudiar y conocer la sociedad. Tu interpretación de los cuadros de Goya es muy apropiada para conocer la sociedad madrileña (y española y mundial). Nos muestra como los poderosos no cambian: nos ponen cebos para que piquemos. El déficit cultural y democrático de España queda bien expresado en tus comentarios. Creo que va siendo hora de que el miedo cambie de bando y logremos construir (aunque sea de forma modesta) un sistema menos infame del que tenemos.

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  6. Enhorabuena Montse. Una gran iniciativa hacer un blog con esa idea tuya de utilizar el arte para estudiar y conocer la sociedad. Tu interpretación de los cuadros de Goya es muy apropiada para conocer la sociedad madrileña (y española y mundial). Nos muestra como los poderosos no cambian: nos ponen cebos para que piquemos. El déficit cultural y democrático de España queda bien expresado en tus comentarios. Creo que va siendo hora de que el miedo cambie de bando y logremos construir (aunque sea de forma modesta) un sistema menos infame del que tenemos.

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  7. Gracias Javier. Tus comentarios me animan a seguir. Tú fuiste el primero en aceptar esta metodología. Recuerdas nuestro primer recorrido por el Reina Sofía con los alumnos?. Espero que la iniciativa sirva para abrir un debate "virtual" sobre diversos aspectos de la sociedad española y, por extensión, de la economía y sociedad universal. Quién dijo que nos falta ambición ?.

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  8. Enhorabuena, Montse, y gracias por compartir estas reflexiones!! Comparto totalmente la idea del arte como herramienta de análisis de los mundos sociales y culturales que vivimos. Me parece fundamental reforzar las posibilidades y el valor del arte para el desarrollo de una conciencia crítica (todavía más cuando en muchas exposiciones temporales, ferias… el arte es un anestésico "qué bonito", "qué moderno"… dentro de la sociedad del espectáculo)

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  9. Muchas gracias David. He dudado hasta decidir hacer público (aunque solo lo lean los amigos) este método analítico (totalmente alejado de las normas académicas, como bien sabes). Tus comentarios me resultan muy valiosos y constituyen un impulso para seguir. Pobres amigos ¡¡¡

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