domingo, 29 de marzo de 2015

Surcos del tiempo

 
 




Al entrar en la galería Odalys de Madrid para visitar la exposición titulada “Las geometrías del tiempo”  una pequeña escultura atrajo de inmediato mi atención. Se trata de una obra de Iñaki Ruiz de Eguino (San Sebastián 1953) en acero lacado en negro y situada entre dos pinturas muy potentes del mismo artista, Homenaje a Malevich II y Arquitectura rural vasca. La contemplé con parsimonia y me fui perdiendo entre sus formas. Me dejé llevar por la evocación del trabajo de Jorge Oteiza que tan buenos recuerdos me traía. Experimenté ese sentimiento que provocan las creaciones artísticas que hacen vibrar las cuerdas del alma.  Los vacíos se integran en la materia de forma armónica formando un todo. Sin apenas darme cuenta comencé a pensar en los desgarros de la vida y el modo en el que nosotros buscamos acompasarlos a nuestra existencia; los huecos que te dejan las ausencias y el rastro que el paso del tiempo van dejando en nosotros. La alegría y el dolor van incrustándose en el alma y dejando sus huellas. Ese proceso es vivir. Con esa amalgama de ideas bullendo en mi cabeza  me animé a leer la cartela (algo que no siempre hago) y el título “Surcos del tiempo (tras nosotros)” me encantó. El artista había condensado en esas cinco palabras las sensaciones que me envolvían.

Desde esa carga poética inicial fui pasando a un planteamiento más racional y comencé a reflexionar sobre el paso del tiempo y de ahí, casi sin darme cuenta, la obra se convirtió en el símbolo de la trascendencia que en nuestro mundo se da al envejecimiento. En las sociedades desarrolladas se privilegia la juventud como valor dominante ignorando el saber y la experiencia de la edad. Resulta paradójico cómo, a medida que la población se envejece como consecuencia del aumento en la esperanza de vida y los tramos de edad inferiores se hacen más pequeños, la sociedad ignora y relega a los mayores al tiempo que sublima la juventud como el arcano de la felicidad.

No es nueva la búsqueda de la eterna juventud. El arte clásico, especialmente el griego, nos ha brindado excelentes obras en las que se exalta la belleza de la juventud. Y, en la Edad Media la persecución de ese ideal vertebró la investigación en los dominios próximos a la química o a la medicina. Ahora bien, en la actualidad lo interesante es el impacto económico y social del paradigma de la juventud. En España, por ejemplo, durante 2014 se gastaron unos 800 millones de euros (Diario El Mundo del 17 de marzo de 2014) en intervenciones de cirugía estética. De hecho, nuestro país  es el primero en Europa (para que luego digan los críticos que no estamos a la cabeza de nada) en este tipo de operaciones y uno de los cinco primeros del mundo. Resulta interesante destacar que son las mujeres, entre los 30 y 45 años,  las que más realizan este tipo de intervenciones (aumentos de pecho, rejuvenecimiento de párpados, liposucción…), aunque también los hombres se están incorporando rápidamente a este mercado. Y, lo más llamativo del estudio publicado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica es el aumento de la población juvenil como demandante de operaciones de cirugía estética.

Así pues, no sorprende comprobar que los gastos de estética han sido incluidos en las tablas de elaboración de gastos de las familias españolas. Según las fuentes del Instituto Nacional de Estadística (el organismo público encargado de las estadísticas) en el año 2013 los hogares españoles gastaron más de 12.000 millones de euros en capítulos como peluquería, estética personal y artículos para cuidados personales y de aseo.  Aunque la cifra es alta, lo interesante es compararla con otro capítulo, por ejemplo con los libros comprados (excluidos los libros de texto). Así, el gasto medio por persona en libros fue de 16 euros, mientras que el gasto dedicado a peluquería, estética y artículos para el cuidado personal alcanzó la cifra de 229 euros. En otras palabras, si utilizamos los libros comprados  como un indicador aproximado del cuidado intelectual, los españoles dedicamos casi quince veces más a la atención del cuerpo que al cultivo intelectual. Bueno, tal vez no convenga exagerar la preocupación. Retomando parte del título de la obra desencadenante de esta reflexión,  en los surcos de la sociedad española de nuestro tiempo no será fácil hacer crecer empleos de elevada cualificación, pero al menos tendremos los parados de Europa con mejor apariencia ¡¡¡

8 comentarios:

  1. Como siempre muy interesante. Es un placer escucharte y ahora leerte. Gracias por compartir tus inquietudes.

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    1. Concha. Gracias por dedicar un rato de tu escaso tiempo a leer mis reflexiones.

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  2. Agudeza, gracejo, perspicacia. Todo eso aparece combinado en este bello relato inspirado por una obra de arte, la cual engarzas con la economía y la vida cotidiana; haciendo, de paso..., una crónica literaria.

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  3. Gracias Mario. Ya sabes el peligro del elogio según la sentencia castellana: "Un sabio es el que se recupera de un fracaso; un idiota el que jamás lo hace de un éxito".

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  4. Me parece interesante que nos cuentes tus visitas e impresiones de las galerias de Madrid, éso hará que nos animemos a visitarlas!

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  5. Gracias Carolina. La idea es más utilizar alguna obra en concreto para reflexionar sobre otros temas de corte económico y social.

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  6. Ya sabes que soy fan tuyo, pero me voy a volver todavía más!! Me parece interesantísimo por dónde llevas tu reflexión. Por un lado, partimos de una pieza, una abstracción geométrica, que podríamos señalar como formalista. No hay nada peyorativo en ello, pero es cierto que en muchas ocasiones el formalismo se "desmarca" en su interpretación del análisis cultural/social; así que el traerlo a este territorio ya me parece interesante. Todavía más, cuando lo traes al tema de la estética, el cuerpo, la obsesión por la juventud… y la realidad que todo ello está creando y reflejando. Genial viaje de la forma (abstracta) a la forma (física). Bueno, paro ya… es que muy potente la línea que estás apuntando. Gracias!!!

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    1. Muchas gracias David. Tus opiniones me animan en esta aventura "poco ortodoxa" de utilizar el arte para reflexiones de corte más socioeconómico. Lo cierto es que carezco del bagaje necesario para análisis estéticos y artísticos. Con la osadía de la ignorancia, hago público este ejercicio de reflexión buscando aunar los dos caminos que he transitado en mis inquietudes intelectuales.

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